Cuando uno ha vivido la experiencia de miedo intenso, la guarda a dos niveles.
Nivel cuerpo. Nivel animal.
Nivel mente. Nivel racional.
Ok.
Para reprogramar esa experiencia, hay que llegar a esos dos niveles.
Llegas un día a mi consulta.
Me cuentas que has tenido 32 ataques de pánico y 4 años de ansiedad.
Y yo te juro por mis muertos que la ansiedad es segura.
Tú sonríes y dices «sí, ya, ya…».
¿Ha cambiado eso algo?
Quizás un poco, pero poco. Sigues sintiéndote igual.
Imagina un perro que fue maltratado por su dueño. Pasó mucho miedo.
Afortunadamente, el dueño le abandona y llega a un nuevo hogar, donde es bien recibido. Están deseando quererle y cuidarle.
El primer día le dicen «tranquilo cariño, aquí te vamos a cuidar, vas a estar seguro y protegido».
¿Crees que el perro va a registrar y darle crédito a esa información de buenas a primeras?
Va a ser que no.
Necesita tiempo, caricias, comida, atenciones, voces suaves, experiencias reparadoras.
El perro que llevas dentro puede seguir sintiendo miedo a pesar de que tu mente le asegure que puede enfrentarse a todos los retos, a los pensamientos, a los síntomas.
Y por mucho que razones con él, puede seguir un tiempo asustado.
Ssshhhh, dale tiempo…
Necesita experiencias en las que SIENTA que puede relajarse y dejar de esconderse debajo de la mesa.
Y llega el día en que vuelve a confiar.
Nuestra parte animal nos influye de distintas maneras. Quien hace dieta sabe que por mucho que quiera mantenerse firme, hay momentos en que su perro interior se tira hambriento al plato de pasta con carne y queso como si no hubiera un mañana.
La clave es entrenar el nivel mental, comprendiendo las leyes del pensamiento y los trucos de la ansiedad, de la mano de la parte animal, que registra toda la información a nivel corporal.
¿Quieres que te ayude a ponerlo en marcha para reprogramar tu relación con el miedo? Puedes hacer clic aquí
Un abrazo,
– Rocío