Problemas presentes que fueron soluciones pasadas

Imagina un niño de 12 años que vive en una familia complicada.

Pon que su padre está casi siempre de viaje y su madre está casi siempre deprimida.

Él tiene sus asuntillos en el colegio, pero no quiere preocupar a su mamá ni siente que a su papá le interese.

Entonces se inventa un truco para gestionar sus emociones.

Coloca su ropa siempre de la misma manera y eso le hace sentir en control.

Se va dando cuenta que el orden le hace sentir seguro, bien, por lo que también busca ordenar sus apuntes. Todo limpio. Si se equivoca, borra y empieza de nuevo.

No controla a sus padres, pero esto sí.

Si algo se desordena o ensucia, siente que se va a desmoronar todo el bienestar que ha creado, por lo que lo evita a toda costa.

Empieza a asociar actos, consecuencias y emociones.

A veces piensa que odia a su madre por no hacerle más caso.

Pero ese le parece un pensamiento horrible, y para quitárselo reza pidiendo perdón.

Le da besos a su madre para confirmar que la quiere.

Aunque estos juegos le quiten tiempo y energía, consigue mantenerse relativamente sano y feliz.

Es el caldo de cultivo para un trastorno obsesivo compulsivo.

Bien. Pasan los años, el niño crece, ya vive solo, con su pareja, una mujer sana, generosa e implicada.

Cuentan el uno con el otro, además de contar con sus amigos.

La relación con sus padres, jubilados, es buena.

Pero sigue obsesionado con el orden. Sigue asustándose de ciertos pensamientos y anulándolos con rezos y comprobaciones.

Una parte de él siente que ha conseguido crecer, desarrollarse, encontrar pareja, amigos y trabajo gracias a todos esos rituales y trucos mentales.

Siente que si deja de hacerlos, todo se desmoronará de nuevo.

Pero es mentira.

Una ilusión.

Ya no necesita lo que un día creó para protegerse.

Lo que un día fue solución, se convierte en un problema.

Muchos de tus patrones fueron creados para protegerte de algún miedo. Te sirvieron en su momento, de alguna manera parcial, y tu inconsciente sigue creyendo que los necesitas para mantenerte en equilibrio.

Se trata ahora de ir demostrándote que puedes encontrar la calma y el control sin necesidad de trucos mentales, asociaciones irracionales y evitaciones emocionales.

Puedes hacerlo.

Como dijo Paul Watzlawick, «problemas tan complicados, largos y dolorosos, como son las formas graves de miedo, no requieren necesariamente soluciones complicadas, largas y dolorosas.»

Te acompaño en la reprogramación de tus pensamientos, patrones y emociones pulsando aquí

Un abrazo,

– Rocío

AS

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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