Hoy he hablado con una cliente querida de algo básico.
Básico de base.
Esta es la base de una recuperación definitiva.
Ella tiene una fuerza y una voluntad enormes. Sale a correr y medita un mínimo de 20 minutos todos los días. A pesar de sentirse sin fuerzas, ella las saca de donde sea.
Lleva unos 4 años con ansiedad. Es una ansiedad generalizada que le acompaña casi todo el día, como una sombra, con picos más fuertes en los que siente que no controla su mente. Su cuerpo se convierte en el campo de batalla, lleno de soldaditos atacando al enemigo equivocado.
Lógicamente, quiere recuperarse, volver a ser la de siempre, y por eso se cuida y medita.
¿Por qué no lo consigue?
Nos hemos dado cuenta de dónde estaba el fallo.
Había un punto ciego que la mantenía estancada. Ella estaba moviéndose, no podemos tacharla de perezosa o indisciplinada, pero aparecía una presión contraria constante. Como si no pudiera seguir nadando a contracorriente.
Las ansias por llegar generan ansias durante todo el proceso.
Meditar 100 días puede ser contraproducente y menos efectivo que meditar 3, si lo haces desde el lugar equivocado.
Ella se sentaba con la exigencia de que la práctica tenía que tener un beneficio instantáneo. Le suplicaba con ansia a su mente que dejara de crear síntomas. Analizaba cómo estaba después, desde la expectativa de haber logrado resultados tangibles.
Y eso le mantenía en la rueda.
Cuando meditas, corres o practicas las PsicoInversiones, tienes que tener en mente que estás entrenando las zonas de la calma. Aunque hay veces que por supuesto notas los efectos automáticos, otras veces tienes que darte sin esperar nada a cambio. Sabiendo que la fiesta se está gestando en tu interior y que los resultados llegarán cuando tengan que llegar.
Hay técnicas para la Calma Instantánea y técnicas para fortalecer el sistema de la Calma.
Las dos hemos tenido claro que tenía que repasar la Psicología Inversa ContraIntuitiva, piedra angular de mis sistemas.
La Psicología Inversa ContraIntuitiva te coloca en el punto de inicio directo hasta la Meta.
Cuando no lo conoces, empiezas a correr pero en sentido contrario o cogiendo carriles que te alejan cada vez más. Parece que avanzas pero de repente te das cuenta de que no hacia donde quieres.
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Te deseo lo mejor.
Un saludo,
Rocío Lacasa