Isabel como Fernando…
Por si no eres español, es un dicho típico. Significa que dos cosas o personas tienen el mismo poder.
Lo mismo sucede con los elefantes y sus jinetes.
Los jinetes de elefantes saben que necesitan tenerlos contentos para que vayan cumpliendo sus órdenes.
Llevar las riendas de un elefante tiene sus complicaciones.
El elefante tiene hambre, sed, impulsos, necesidades. El jinete tiene que conocerlos y aceptarlos para poder domarlo.
Y cuando no están satisfechos, da igual lo que le pida el jinete, que el elefante va por libre.
Puede echarse a correr, sentarse inmóvil, incluso atacar.
Jonathan Haidt, en su libro “La hipótesis de la felicidad”, utilizó esta metáfora para explicar el funcionamiento de nuestro comportamiento.
Tenemos la razón y tenemos el instinto.
La parte consciente e inconsciente.
Parece que nuestras decisiones las tomamos con la cabeza, conscientes.
Quiero hacer esto y lo hago, ¿no?
Sabes que muchas veces no funciona así.
Puede parecer que el jinete lidera. Pero en realidad no es nadie sin conocer y controlar la fuerza del elefante.
Hay veces que por mucho que pensemos, nuestro instinto no está de acuerdo. Es como si un pesado elefante se negara a andar o fuera en dirección contraria. Poco podemos hacer al respecto.
Cuando estás en una etapa de ansiedad, hay una parte instintiva importante que determina muchas de tus acciones.
Hay instintos heredados que están creando un buen lío en tu sistema.
Muchas personas me escriben sintiéndose culpables por no estar pudiendo afrontar retos o por caer en los hábitos de siempre. Lo que no saben es que están culpando a su jinete del comportamiento irracional del elefante.
Mis clientes empiezan a comprender en hermanoslacasa.com/sistemas/ que nos interesa cambiar la forma de tratarle.
Podemos darle lo que necesita, tenerle contento y que trabaje a nuestro favor. Desde el respeto, el conocimiento y el cariño.
Así es como se crea un buen tándem para recorrer el mundo.
Cuanto más te conoces, más control tienes.
Por tu libertad,
– Rocío Lacasa