Hay algo que entiendo a la perfección.
Pero me refleja cómo seguimos participando en una sociedad de máscaras.
A veces, cuando pido testimonios de éxito de los sistemas, a personas que realmente han cambiado sus vidas, me dicen cosas como:
“Es que nadie sabe que hago estas cosas”
“No me gustaría que supieran que tenía ansiedad”
“Me puede repercutir en el trabajo”
“Mi familia no sabe nada”.
¿Nada de qué?
¿De que eres un crack por estar queriendo evolucionar, gestionando mejor tu mente y cuerpo?
Y de verdad, lo entiendo.
De nuevo, el problema no es suyo, sino de “la sociedad”.
Pero es que “esa sociedad” no es un ente con vida propia, sino un conjunto de personas que se relacionan entre sí, de acuerdo a unas determinadas reglas de organización. El cambio comienza desde dentro.
En serio, creo que nuestros sistemas podrían ser asignatura obligatoria en el colegio y complemento incluido en el puesto de trabajo.
Porque aquí no hay dos bandos: las personas con ansiedad y las personas sin ansiedad.
Como si un bando necesitara estos recursos y el otro no.
Estamos todos en lo mismo, ensuciándonos en la arena.
Veía la conferencia de Brené Brown sobre el poder de la vulnerabilidad. No te la pierdas.
“Estamos en medio de movimientos muy importantes que, espero, cambien el mundo. Black Lives Matter (La vida negra importa), Me Too (Yo también), School Strike for Climate (Se acaba el tiempo), Transgender Rights Movement (La lucha por los derechos de la población trans)… son algo grande. Tienen el potencial de mejorar las cosas”, señala.
Y es todo gracias a atrevernos a mostrarnos vulnerables.
¿Y si dejamos de entender nuestro proceso como una debilidad y empezamos a verlo como un ejemplo de fortaleza?
Ya si te animas a contarnos tu historia, lo bordamos 😉 Sólo nos falta tener un hashtag.
Un abrazo,
– Rocío
Entra en nuestros sistemas para conocer el método.