Muchas cosas que comentarte.
El otro día un psiquiatra y psicoterapeuta brillante, el Dr. Marín, me contaba un chiste.
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Llega un paciente a la consulta del psiquiatra, le cuenta su problema, a lo que éste responde:
«No encuentro nada anormal o patológico en usted, por lo que iniciaremos un tratamiento para el déficit de síntomas que padece. Es grave.»
El Síndrome de la Normalidad Absoluta, lo llaman (puedes llevar años con ansiedad, obsesiones y ataques de pánico y tener este Síndrome).
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Ironía para expresar lo que está pasando en la comunidad médica.
De nuevo, más que culpar al médico, quien suele ser una persona con vocación de servicio, responsabilizo al sistema.
Y de nuevo, no niego que si consultas al psiquiatra es porque, sin duda, estás sufriendo.
No poner la palabra «trastorno mental» a la ansiedad no es banalizar, ni dar consejos de revista femenina. Es sólo salir un poco de la etiqueta de enfermo.
¿Quién está enferma, la persona que intenta adaptarse o la sociedad?
Te dicen «el loco eres tú, no el Sistema».
Parece que hay que tomar pastillas para aguantar y adaptarte con sumisión a lo que nos está tocando vivir.
Sobre-estimulación, híper-exigencia, ________ (añade lo que quieras)
Oye, no quiero ser la típica víctima anti-sistema. Pero sí considero necesario parar a reflexionar sobre cuánto nos estamos alejando de nuestra naturaleza, de la Naturaleza.
Eso es lo que nos enferma, si es que quieren llamarnos enfermos.
Cuando escucho a mis amigas enorgulleciéndose de, embarazadas, trabajar hasta el último día, agotadas, estresadas, o quedarse hasta las tantas en la oficina con sus hijos en casa, pienso «¿qué nos está pasando?»
El nuevo poder de la mujer era necesario, pero no gratuito.
Queda mucho por hacer.
En ello estamos.
Hoy no te hablo de técnicas ni trucos, sino del contexto que enmarca tus y mis conflictos de hoy en día.
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Si quieres, mañana seguimos hablando.
Un abrazo,
Rocío Lacasa