No me gustan las frases tipo «la ansiedad es un regalo» así sin más.
Pufffff… menudo regalito.
¿No se podrá devolver o cambiar por otra cosa?
Si todavía no has conectado con su misión, puede sentarte como una patada en el estómago.
Te duele, te paraliza y te enfada aún más.
Mr. Wonderful puede deprimirte si no llega en el momento adecuado.
La sensación de que vas a morir, o de que quieres morirte, no es un regalo fácil.
Hay que pasar una serie de pruebas hasta llegar a ese punto de conciencia y gratitud.
Eso sí, se llega. Siempre se llega.
(Matizo: siempre no, pero tú, lo harás. Si no, no estarías leyendo).
Que estés aquí hablando conmigo me hace pensar que estás en ello.
En descubrir qué hay detrás de todo lo que estás viviendo.
Como han hecho miles de personas que hoy me cuentan que gracias a la ansiedad han empezado a quererse, a valorarse, a poner firmes a los que les manipulaban, a cuidarse como merecen, a apartar a la gente tóxica, a darse cuenta de quiénes son realmente…
Y un largo etc.
El cuerpo es tan sabio, tan absolutamente perfecto, que hace lo que tiene que hacer.
A veces la mente usa demasiados trucos y defensas. Pero el cuerpo es más puro e inocente y no perdona.
Cada día me llegan muchos emails relatándome toda serie de síntomas físicos. No entienden por qué siguen ahí, por mucho que se resistan.
«¿Por qué esta taquicardia, si no estoy nerviosa, si no estoy pensando nada negativo?», me preguntaban precisamente hoy.
¿Por qué estoy continuamente mareada?
¿Por qué desde que me despierto tengo esta sensación de ahogo?
¿Por qué tiemblo en esas situaciones?
Pero yo tengo una pregunta mejor y que nos lleva a una respuesta más potente y esclarecedora.
«¿PARA QUÉ?»
¿Para qué ha surgido este síntoma ahora?
¿Para que te des cuenta de qué?
¿Para que lleves tu atención a dónde?
¿Para qué cambies con cierta urgencia qué?
Si todavía no lo sabes es porque todavía no tenías que saberlo. Todo llega a su tiempo.
Ahora se ha generado una tensión en tu interior que pide ser resuelta.
Y normalmente se resuelve desde un plano distinto del plano donde se creó.
Hay personas muy mentales que dan vueltas y vueltas tratando de encontrar soluciones en el razonamiento. 50.000 vueltas más no les traerá la respuesta definitiva. En cambio, quizás si mejoran su comunicación emocional, darán con la clave. Lo mismo pasa cuando empiezas a sintonizar con tu cuerpo.
Hay un cómo para todo esto.
Quien te diga «conecta con tu corazón» y te deje así sin más es un canalla sin corazón 🙂
Uno de los temas que tratamos en mis sistemas es los tres cerebros y la comunicación integral con ellos.
Más que a la ansiedad, que no es nada más que un proceso, creo que hay que dar gracias al cuerpo y sus defensas.
¿Te apuntas? Nos vemos aquí
Un saludo,
Rocío Lacasa