Ok, mi hija me acaba de borrar este post entero. No pasa na-da.
Decía que los psicólogos clínicos le debemos mucho a Gregorio Marañón, hermano de mi bisabuelo José Luis, gran jurista español.
Me hace gracia que el Dr. Marañón estudiara a fondo los ataques de pánico. Las emociones en general.
Era endocrino, experto en el efecto de las hormonas en nuestro cuerpo.
Concluyó que la adrenalina era la hormona que estaba en la base fisiológica de muchas emociones como el miedo.
Entonces se hizo una pregunta.
¿Qué va antes?
¿Las sensaciones físicas, la emoción o el pensamiento?
¿Lloro porque estoy triste o estoy triste porque lloro?
¿Tengo un ataque de pánico por las sensaciones o mi pensar sobre las sensaciones generan un ataque de pánico?
Para encontrar respuestas, inyectó adrenalina a 210 pacientes.
Éstos experimentaron las sensaciones físicas típicas del pánico (palpitaciones, presión torácica, sudor, temblor…), pero afirmaron no sentirse auténticamente nerviosos.
«Siento como si tuviera miedo»
«Como si me esperase una gran alegría»
«Como si tuviera un gran susto pero estoy tranquilo»
Lo llamó emoción fría.
«Es muy frecuente que el sujeto inyectado compare, por cuenta propia, esta fenomenología con la de una emoción violenta, como el terror, pero dándose a la vez perfecta cuenta de que la emoción no existe, y así aparecen perfectamente disociados el elemento psíquico y el elemento vegetativo (fisiológico) del proceso emocional», decía.
Es decir, que las sensaciones físicas que experimentaron (alegría o temor) las describieron como pseudo-emociones.
No decían sentirse alegres o temerosos sino «como si estuvieran alegres o temerosos«.
Es muy distinto sentir miedo que sentir como si tuvieras miedo.
¿Cuál es la diferencia?
El componente de «valoración del contexto» (a través de los pensamientos). Era la pieza que faltaba en sus experiencias, para hacer de ellas auténticas experiencias emocionales.
Lo que hace a una emoción auténtica son los pensamientos que la anteceden y encuadran la situación.
Se conoce como Teoría Central de las Emociones y fue el gran antecedente teórico-experimental de las técnicas cognitivas. Su aportación se hizo especialmente patente en la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis.
No te alteras por los hechos, sino por lo que piensas acerca de los hechos.
Por eso, cuando pierdes el miedo a las sensaciones y empiezas a soltar los pensamientos de «voy a perder el control», «esto es peligroso», «voy a morir», «esto va a ir cada vez peor», «estoy enfermo», «¡ambulancia!»… se desactiva automáticamente la espiral del pánico.
Se enfría la experiencia.
Cambias el «estoy aterrorizado y fuera de control» por «tengo un chute de adrenalina».
E igual que viene, se va.
La ansiedad es un chute de adrenalina.
Igual que cuando subes una montaña rusa.
O cuando ves a tu enamorado.
La diferencia está en cómo interpretas las sensaciones.
¿Y cómo se hace eso?
Comprendiendo y experimentando, con las pautas adecuadas.
En mis sistemas te acompaño en este proceso de enfriar la emoción del miedo, puedes pulsar aquí para conocer más.
Un abrazo,
(un abrazo por alguien querido es maravilloso, un abrazo no deseado, cambia la experiencia, ¿no?)
– Rocío