“Hola Rocío, quería hablar contigo porque estoy al 80%, pero quiero estar al 100%”.
“Pues ya estás mejor que yo”, le contestaba riéndome.
Bromas aparte, exploré a qué se refería con ese 80%, de qué base partía y a qué quería llegar, en términos de experiencias internas.
Y efectivamente, no se daba cuenta de que ya estaba al 100%.
Aunque experimentara pensamientos “negativos”, momentos de oscuridad o dudas a resolver.
Lo que le impedía pensar que estaba al 100%, a pesar de estarlo, era pensar que no lo estaba.
Que había algo perfecto a lo que llegar.
Estar al 100%, para mí, ya lo tienes por el hecho de estar vivo.
Le contaba – siempre según mi perspectiva, síntesis de múltiples perspectivas – que dejamos de crecer cuando morimos.
Justo antes del último suspiro es cuando aprendemos la última lección.
Después de haberle aclarado esto, seguimos resolviendo dudas y malentendidos. Le felicité por todos sus avances.
Con esto te quiero decir que está bien que te marques retos, que tengas claro a dónde quieres llegar, a cómo quieres sentirte. Posiblemente por eso estés aquí conmigo.
Sabiendo y aceptando que hoy estás donde estás.
Y que está bien.
Aunque parezca que está mal.
A partir de ahí, y con actitud de aprendiz vitalicio, seguimos avanzando.
Un abrazo,
– Rocío
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