Gestionar tu energía es gestionar tu poder.
Hoy hablaba con una cliente y hemos detectado, en una hora de sesión, por lo menos 10 hábitos que drenan su energía:
– reacciones con su madre,
– no poner límites,
– sobre-implicarse en los problemas de otros, («defensora de causas perdidas»),
– internet en el trabajo (acabas comprando jerseis y aparatos que no necesitas),
– Twitter (hasta las 2 de la mañana),
– …
Esas cositas, sumadas a la ansiedad de base, son suficientes para generar una crisis diaria.
De hecho, quien quiera tener ataques de pánico para ahorrarse algún evento familiar o coger una agradable baja en el trabajo, que me pida su número y ella le cuenta encantada…
Las fugas de energía tienen un impacto directo en tus síntomas.
Cuando la energía falla, el cuerpo y la mente tiran de reservas y fuerzan el sistema
Las consecuencias son un agotamiento y una tensión crónicas.
Nos movemos en una serie de ciclos, que hay que conocer y respetar.
Lo ideal es que llegues a la cama en tu punto justo, con la batería mínima necesaria que se necesita para coger el sueño. Si sobrepasas tu límite diario, estás tirando de la batería destinada para el día siguiente. Y eso deja una deuda.
Mantén la batería cargada, tapando escapes y aprendiendo a estar en cada momento con la tensión mínima necesaria. Ni más, ni menos.
Activo pero calmado.
Pásate por mis sistemas y te cuento con detalle.
Un saludo,
Rocío Lacasa