Ahora está de moda el detox digital.
La revista Vogue nos anuncia que una conocida influencer española ha cerrado su cuenta de Instagram de 95.000 seguidores por ansiedad.
No sé qué habrá detrás de su ansiedad.
¿Adicción?
¿Obsesión por la imagen?
¿Sensación de invasión?
Quizás una mezcla de las tres.
O quizás sea un simple cambio de estrategia de marketing.
Pero si es ansiedad, seguro que se trata de una ansiedad muy distinta a la de una ama de casa con 3 hijos que trabaja 10 horas al día y cuida de su madre enferma.
O la de un hombre poco sociable que teme contagiarse de una enfermedad.
O la de un chico que se ha ido a vivir fuera de su país a buscarse la vida.
O la de una chica que teme equivocarse en su trabajo de enfermera.
O la de un minero agotado.
El término «ansiedad» es muy amplio y abarca creencias, sentimientos y raíces muy distintas. Ahora parece que todo es ansiedad o estrés.
Y puede que lo sea.
Independientemente de que cada caso es único, hay unos patrones que se repiten. Unas reglas por las que se mantiene y cronifica esta sensación de amenaza paralizante que impide que funciones a pleno rendimiento. Y unas contrarreglas que invierten el proceso.
No importa el motivo, el recorrido es el mismo.
Si quieres salir del bucle, cuenta conmigo, aquí
Un saludo,
Rocío Lacasa