Dice que hoy en día hay más casos de ansiedad porque antes no se hablaba de ello.
Paradójico, ¿no?
Según él, la gente no expresaba tanto sus emociones y frustraciones, no se iba al psicólogo ni había tantos libros de autoayuda. Había más resignación. La abuela decía que padecía de los nervios o simplemente se quedaba en la cama sin que nadie preguntara demasiado. El abuelo tenía dolores constantes, pero que nadie le hablara de tonterías de miedos y sentimientos.
Eso hacía que las personas con malestar en lugar de expresarlo como ansiedad, lo somatizaran y tuvieran otro tipo de enfermedades.
Tiene sentido.
La somatización es un mecanismo muy habitual a la hora de lidiar con nuestro malestar. Por eso considero clave híper-mejorar la comunicación con nuestro cuerpo. En mis sistemas lo trabajamos a fondo.
La somatización es una forma de comunicar.
Una parte de ti te comunica algo, o tú se lo comunicas al resto.
Espectacular mecanismo corporal.
Es un idioma de malestar por el que las personas con problemas emocionales, articulan y expresan ese malestar a través del cuerpo.
Me recuerda al dicho jamaicano If you can’t hear, you must feel (si no escuchas, debes sentir), que se usa para «regañar» a alguien que no escucha.
Si no escuchas, lo acabas sintiendo.
El cuerpo te lo cuenta.
Puede que hayas oído mil veces que tienes que escuchar lo que la ansiedad te puede estar contando.
Y te repito, puede que lo hayas oído, pero quizás no lo has escuchado.
Como te explico en mi método, oír y escuchar son dos procesos distintos. Uno te lleva a una experiencia VOS y otro a una experiencia NEO.
Introducir pequeños cambios en tu conciencia mental y corporal tienen efectos sanadores inmediatos.
Si quieres realmente comprender qué es exactamente eso de escuchar tu cuerpo y cómo hacerlo, pásate por aquí haciendo clic