La gran mayoría de nuestros procesos mentales son inconscientes.
Altamente inconscientes.
Esto es práctico y necesario.
Pero podemos tomar el control por unos momentos y modificarlo a nuestro favor.
Cuando tratas de conseguir un objetivo (ya sea, generar calma, comunicarte con confianza o tomar decisiones con claridad), lo más útil es hacer conscientes los procesos mentales implicados.
Hacer conscientes los procesos mentales implicados.
Crear un mapa con el que navegar con soltura.
Me llega un cliente con miedo a hablar en público.
Está viendo cómo se escapan oportunidades en el trabajo por evitar situaciones de «riesgo».
Imaginar una reunión en la que expone sus ideas ante sus colegas o nuevos clientes le hace entrar en pánico.
– «¿Te pasa cuando hablas con un compañero sólo?»
– «No. Ahí no me pongo nervioso».
– «¿Por qué?
¿Qué diferencia hay entre una o tres, cinco o veinte personas escuchándote?
¿Qué está haciendo tu mente para calificar una situación como segura y la otra de riesgo?
¿Cómo lo haces para generar ansiedad?»
La ansiedad es resultado de un proceso.
Una serie de pensamientos, síntomas físicos y sentimientos.
Cuando te preguntas qué y cómo estás haciendo para obtener un resultado cualquiera, obtienes una secuencia clara sobre la que operar.
Si se rompe la cadena, el resultado varía.
En fin, sólo quiero adelantarte algo importante:
No hace falta cambiar tantas cosas como parece para conseguir grandes cambios.
Pequeñas variaciones desde el pensamiento o desde el cuerpo, generan transformaciones instantáneas.
Si te interesa, en hermanoslacasa.com/sistemas/ te lo cuento con detalle, creamos un mapa de tus procesos y dónde poner la atención para mover las piezas y que cambie la estrategia.
Te mando un abrazo,
– Rocio Lacasa.