¿Quieres tener una auténtica sesión de meditación y conexión espiri-corporal?
Monta a caballo y observa la experiencia.
Los caballos te ponen en tu sitio.
Recuerdo algo que me pasó cuando montaba hace unos años.
Un día se acercó mi madre de frente a mi caballo, «Caracol», con un cigarro en la mano para darme no sé qué.
El caballo se puso nervioso, relinchó y se echó a galopar.
Yo no estaba preparada y tuve que reaccionar rápido, sin pensar, adaptándome a él. Conecté con su cerebro «presa».
Caracol reaccionó así porque mi madre no había respetado la proxemia natural.
Invadió su espacio y él tomó distancia.
Está claro que el caballo no tiene necesidad de aprobación, de agradar, ni miedo a decir no.
El otro día una profesora me contaba que había tenido dos clientes en su equinoterapia.
Uno de ellos era un gran narcisista que se consideraba un Ser Superior. Quiso montar a pelo y echarse a galopar en frío.
El caballo lo tiró al suelo.
Súper terapeútico.
Lección de humildad.
El otro cliente estaba deprimido, con el sistema parasimpático sobreactivado, con movimientos lentos, sin energía.
El caballo estaba un poco asalvajado y el chico tuvo que activar sus 5 sentidos para mantener el control.
Fue un chute de energía.
Los animales nos enseñan a estar en el presente.
A bajar de la cabeza al cuerpo.
A ser humildes.
Y a adaptarnos a las leyes naturales que el humano de las que solemos alejarnos.
Combina los conocimientos que puedes adquirir en mis sistemas con la experiencia que te ofrece este mundo.
Cuando pones atención y conectas, surgen mil y una oportunidades para evolucionar.
Un abrazo,
– Rocío.