Psicóloga se ríe de su paciente en la cara

Si te sientes juzgado por tu psicólogo, puerta.

O por cualquiera, qué duda cabe.

Los psicólogos tenemos que ser neutros. En consulta no tenemos ideas políticas, religiosas, ni juicios de valor. 

Recuerdo una profesora de psicología que compartía con nosotros sus casos clínicos.

En una ocasión contaba: «Tuve un paciente que era piloto. Narcisista como todos, ya sabéis».

Pedazo de generalización a la vista.

Me reí. Puede que sepas que mi padre es piloto, (tenemos el sistema para volar con calma), y si bien cierto que es un poco chulito, no es narcisista. Y muchos de sus compañeros tampoco.

Luego tocaba el tema de la religión.

Odio a la iglesia a la vista.

Al parecer, creció en un colegio de monjas y tuvo muy mala experiencia. Pero eso, como psicóloga, ha de ser digerido y trascendido para estar abierta a distintas comprensiones.

Cuando llegaba un paciente católico o cristiano, ya prejuzgaba y sacaba conclusiones varias.

Seguro que esta mujer ayudó a mucha gente, pero no tanto a otra. Tampoco la juzgo yo por ello, sólo creo que hay que protegerse y recordar cómo estamos programados.

Yo fui también a terapia con una psicóloga que me parecía brillante intelectualmente.

Pero la tercera vez que puso cara de póker o se reía con sarcasmo cuando le conté mi opinión sobre ciertos temas, sobre los que obviamente éramos opuestas, pensé que no llegaría a comprenderme desde esa perspectiva cerrada.

Los psicólogos tenemos que cuidar qué proyectamos.

Es curioso cómo nuestras experiencias van moldeando nuestras creencias. Si esta misma mujer hubiera nacido en mi casa, probablemente pensaríamos distinto.

Por eso las creencias son sólo versiones de una misma realidad.

Podemos reevaluarlas en cualquier momento de nuestro proceso.

Seguro que algunas de ellas han influido en el desarrollo de la ansiedad de muchas personas que estén leyendo esto. Conviene recordarlo y vaciar la mente en busca de nuevos valores y posibilidades.

Vamos por la vida con nuestro mapita y nos damos cuenta de que es sólo un mapita. Cada uno va con el suyo y no podemos esperar que funcionen por el nuestro. A medida que exploramos el territorio iremos recolocando las señales, caminos y direcciones, para que se ajuste cada vez más a la realidad que queremos vivir.

Y eso te cuento.

Si quieres reprogramar tu mente para dirigirla hacia la vida de calma, claridad y confianza que quieres vivir te invito a que nos visites pulsando aquí

Un abrazo,

– Rocío

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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