Se trata de ser cada día un poco mejor.
Espera, seamos más precisos.
«Ser mejor» es una frase que dice mucho pero no dice nada.
Digamos que se trata de ser cada día un poco más consciente.
Ayer hice algo sencillo pero altamente espiritual.
Desactivar las flechas azules de Whatsapp (los tics azules que os confirman – tanto a ti como al receptor – que el mensaje ha sido leído, check).
Una buena manera de soltar el intento de controlar lo incontrolable.
Me di cuenta de que perdía tiempo y energía comprobando si alguien había leído mi mensaje y no había respondido. No demasiado, pero somos responsables de proteger en qué invertimos nuestra atención.
Aunque tener los tics azules también puede ser un ejercicio para tolerar la incertidumbre y observar cómo la mente hace hipótesis, aún cuando le falta información. Asimismo para poner límites a las personas que te dicen cosas como “lo has leído y no me has respondido”.
Mi hermano ni tiene whatapp (tema para otro día).
Lo importante no es qué haces, sino desde dónde lo haces.
Es decir, también es espiritual dejarlo activado. De hecho, hay personas con un “perfil evitativo” que lo tienen desactivado por principio, porque quieren evitar conflictos, y el ejercicio en ese caso, puede ser activarlo y dejar estar la incomodidad que pueda generar.
Con esto, te quiero decir que es interesante darte cuenta de lo que haces, de por qué lo haces y sobre todo, con qué intención lo haces.
De algunas cosas unos se entera ahora.
De otras, cuando se tenga que enterar.
Conciencia + Compasión + Comprensión = Evolución.
Lo espiritual está sobretodo en nuestra vida cotidiana. No tanto en el monasterio, la cueva o la clase de Yoga.
Está en ti, acompañándote en cada acción.
Mañana te cuento sobre mi forma diferente de poner límites, con arte y coraje.
Un abrazo,
Rocío