He estado calladita esta semana.
En parte por el bombardeo masivo de consejos psicológicos.
Personalmente me ha saturado un poco, y sentía que tenía que dar un paso atrás.
Me estresa ver tantas pautas para gestionar el estrés.
Demasiada intervención, creyendo que la gente no sabe cómo llevar el momento.
Sé que la mayoría de expertos partirán de una buenísima voluntad. Aunque eso no quiere decir que sean cruciales, ni tampoco convenientes.
Muchos de esos consejos no me parecen “de psicólogo”, sino de madre, vecino o cuñado. De sentido común, vamos.
- Tener rutinas
- Mantener la calma
- Hacer ejercicio
- Leer sólo noticias fiables
¿En serio?
Vale, pero eso no quiere decir que lo vayas a hacer.
Tampoco que lo tengas que hacer.
Yo confío en que cada uno encuentre sus propios recursos de adaptación y autorregulación.
A una persona le puede venir mejor el hecho de pausar ciertas rutinas, para entrenar así la flexibilidad.
A otra le viene genial ver las noticias.
A otra ponerse la exigencia de hacer ejercicio, le hace más daño que no hacerlo.
Quizás no necesiten a un experto que les digan qué hacer o qué no hacer. Si crees que sí, pues lo buscas. ¿Me explico?
¿Estás preocupado estos días?
Bien, eso confirma que no eres una piedra pasmada.
Parece que las respuestas emocionales saludables y adaptativas se están transformando exponencialmente en trastornos mentales.
¿Y ante eso?
Las bombas de soluciones.
Mi hermano y yo hemos ofrecido ayuda. El otro día nos llamaron de los medios y aportamos lo que pudimos. Pero intentamos ofrecer algo que se saliera de lo típico, y fuera un poco más allá (aquí puedes leerlo).
Pero a veces no hay nada que *solucionar*.
Me pone nerviosa (algo estaré proyectando) dar por hecho que la gente va a desarrollar síntomas sí o sí… y que yo tengo que adelantarme a ello. Es como invitarles a que justifiquen el sufrimiento (ojo).
Luego está el tema de los médicos. Ahora son héroes. Precioso. Pero ellos no ansían serlo. La etiqueta de héroes les está generando mucha presión. Tengo un cliente médico que ha claudicado literalmente, porque no podía más, y… ¿se tiene que sentir menos héroe por ello?
Siempre fue un héroe, siempre lo fueron.
¡Y no necesitan apoyo psicológico, necesitan material sanitario!
Las injusticias sociales parecen transformarse en trastornos psicológicos.
Algunos sanitarios y trabajadores puede que se beneficien de soluciones psicológicas, ahora mismo y también cuando esto termine. Bien, pues ya las buscarán y estaremos al pie del cañón, llenos de comprensión, herramientas prácticas y compasión.
Con esto te quiero decir que confío en ti y en que estés viviendo esto como buenamente puedas. Como humano, tendrás contradicciones… te perderás en el pensar… en estados que vienen y van… y te volverás a encontrar, una vez más.
Yo seguiré a lo mío, porque para mí no ha cambiado nada.
Muchas veces uno siente ansiedad cuando todo está»bien» fuera.
Uno teme enfermar cuando no hay pandemias.
Por lo tanto, no debe estar ahí fuera la respuesta.
El aprendizaje siempre sale de dentro hacia fuera. Nunca al revés.
Un abrazo,
– Rocío
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