Tienes mucho que enseñar al mundo

Eres increíble.

Quien no lo sepa es que no sabe mucho de la vida.

Ayer no tuve un buen día. Me desperté baja de ánimo y estuve sintiendo ansiedad hasta que me acosté.

Tenía una sensación difusa de que había una amenaza, de que estaba insegura en el mundo. Tenía que hacer cosas fuera de casa pero no fui.

Y pensaba en ti.

En lo valiente que eres por haber vivido con estas sensaciones tanto tiempo.

Por estar aquí, leyéndome, como parte de tu búsqueda, de tu hambre por evolucionar.

Ayer me decía una suscriptora:

“Yo pensaba que era fuerte hasta que llegaron las crisis de ansiedad.”

Por favor, nada tiene que ver tu fortaleza con la ansiedad. La ansiedad muchas veces llega por haberte pasado de fuerte. Por no haber escuchado lo que tu cuerpo y tu alma estaban tratando de decirte a gritos.

Este es un gran momento para conectar contigo y dejar de arrastrarte por la marea.

Ayer no hice nada especial para dejar de sentirme inquieta. Sólo permitir que sucediera.

Con la práctica, conecto fácilmente con esa parte de mi que en el fondo sabe que son sólo sensaciones. Que no son señal de nada real.

Puedo observar mis pensamientos con distancia y no les doy credibilidad. Son como un rumor de fondo que acepto. Curioseo qué me están diciendo y no entro de discutir con ellos. Los dejo estar y se van, como nubes cuando sopla el viento.

Dejo que mi cuerpo y mi mente funcionen solos para restablecer su equilibrio.

Sabía que salir de casa me habría ayudado a sentirme mejor, pero tenía la sensación de que mi cuerpo no me dejaba irme. Que me pedía quedarme tranquila. Y me di permiso, sabiendo que hoy sería un nuevo día.

Sé que intentar controlar ese estado o forzar a que se vaya, sólo lo alimenta y cronifica. (Ese es uno de mis secretos para vivir con calma, claridad y confianza.)

Yo no he vivido un malentendido de ansiedad, sólo días o momentos como el de ayer. Por eso, siento por ti una gran admiración y respeto.

Mi misión empezó acompañando a mi hermano en su aventura. Sentí tal compasión por su dolor que decidí volcarme en ayudar a personas como tú a liberarse de las pesadas cadenas imaginarias de la ansiedad.

Ahora, mírate en un espejo y observa a la persona fuerte y valiosa que tienes delante.

Transmítela el cariño que merece. Respira y conecta con las sensaciones que surjan.

Quererte y apoyarte es condición indispensable para recuperarte.

Todas las técnicas, trucos y consejos se quedan en palabrería si no se apoyan en un amor genuino e incondicional por ti.

No se trata de ser auto-indulgente y permitirte todos los caprichos (muchos de ellos son de la ansiedad), sino de tratarte con respeto, afecto y voluntad.

Recuérdalo cada día.

Un abrazo,

– Rocío.

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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