¿Cómo ya es día 2 de enero estamos menos motivados?
Nooooo.
Ayer pasé de mandarte el típico email motivacional.
Lo siento si lo esperabas. Seguro que recibiste varios, desde agencias de vuelos, seguros de vida hasta ofertas de la tintorería.
Me aburre.
Ok, sí, era el primer día del año (además de lunes). Podría parecer ideal para enviarte ánimos y proponernos juntos comernos el mundo.
Paso de las fechas clave.
La transformación puede llegar un jueves 7 de abril a las 15.32 de la tarde.
El tiempo es una invención mental.
Útil y tramposa a la vez.
Con todo esto, quiero compartir contigo 3 consejos que te sirven tanto el primer día del año como una tarde de marzo cualquiera.
1. No te engañes
El autoengaño, la ceguera selectiva, el autovacile mental son inevitables. Elaboramos mecanismos de defensa que a veces posponen que tomemos conciencia y acción. Hay que ir despejándolos poc a poc.
El «mañana lo haré», «la próxima vez estaré preparado», «no voy porque no es buen momento», «no valgo para esto» o «es que yo soy así», ya no cuelan.
El momento en que despiertas, en que te das cuenta de que sólo tú puedes curarte y de que hay que apostar por ello, no hay vuelta atrás. Si no quieres ver, la vida te pondrá espejos.
El cambio es posible y natural en el ser humano. Pero requiere tiempo y esfuerzo. Y sobretodo requiere técnica, dirección y entrenamiento. No vas a encontrar la cura de un día para otro y menos aún por ciencia infusa.
Pa´lante, con los ojos bien abiertos, las tripas conectadas y los oídos receptivos.
2. No idealices el futuro
Mañana no va a ser mejor que hoy. Tu próximo trabajo no va a darte la satisfacción que no te da el de ahora. Tu futura pareja no va a ser la ideal para ti. Tu siguiente viaje (del tipo que sea) no va a darte la llave de la felicidad.
Porque las cosas no funcionan así. Aunque a la mente le encante y le relaje pensarlo.
Si esperas a que marche bien lo de fuera para que se arregle lo de dentro, puedes esperar sentado. Viendo la vida pasar.
Idealizar las opciones de futuro le hace vivir a uno en una espiral de ilusión-frustración constante que acaba destruyendo la esperanza.
Los niños idealizan el futuro, los adultos lo programan abiertos al cambio.
3. Aprende a motivarte
¿Qué hiciste aquella vez que tuviste fuerza y empuje para superar aquel reto?
¿Qué te dijiste exactamente?
¿Qué imagen creaste antes de hacerlo?
¿Cómo se sentía tu cuerpo?
A lo mejor aquella vez te salió natural, sin pensarlo. Si pudiste aquella vez, podemos a recrear las condiciones inmejorables para que tu cuerpo y mente estén alineados y te acerquen sin esfuerzo al objetivo. Una vez empiezas, gracias a la energía de la motivación, ya tienes el 90% hecho.
Si quieres más consejos y una guía de entrenamiento para optimizar tu trabajo personal vente a verme aquí
Y recuerda, el cambio puede estar fraguándose AHORA.
Un abrazo
– Rocío
PD: Si quieres un 4º consejo, no vuelvas a hablar de «vencer» la ansiedad (asunto del email) porque comunicas a tu mente que hay un enemigo que además vive dentro. Cuida tu comunicación interna.