¿Qué hago?
¿Qué no hago?
¿Qué quiero?
¿Qué no quiero?
¿Sigo o me voy?
¿Siento esto o es que lo pienso?
Estas dudas diarias se resuelven con maestría si conseguimos contestarlas desde la sabiduría interior (y no desde el miedo ciego).
Muy bonito.
Pero, ¿dónde está esa sabia, sobretodo cuando más se la necesita?
Conectas con tu sabiduría cuando alineas tus tres centros:
– una mente clara y calmada,
– un corazón puro y compasivo,
– un centro visceral vivo y en contacto con la realidad.
No tienes pensamientos contradictorios peleando, tu mente está receptiva, entiendes con claridad, las ideas fluyen.
El pecho está abierto y tranquilo, te sientes merecedor de amor, te apetece dar amor.
Tu centro corporal está aterrizado. Se siente sólido, fuerte, y ligero.
Para conseguir esto, te voy a proponer una práctica.
Cuando te sientas angustiado, vete al cuerpo. Puede que tu tendencia sea darle vueltas a la cabeza y encontrar soluciones ahí arriba. Baja por unos momentos.
El malestar siempre está en tu cuerpo.
Encuentra la zona que se siente constreñida, con un agujero, un nudo, una piedra, cualquier sensación…
Es una energía retenida y desconectada de tu sabiduría interior.
Siéntela.
Respira.
Cambia tras un minuto tu foco de atención desde la zona constreñida a una zona abierta, libre y totalmente accesible para ti. Puede ser cualquier parte del cuerpo.
Conecta con esa energía, con ese espacio de calma y trata de llevarla a la zona constreñida.
Encuentra cómo puede entrar, influirla, en forma de luz, de vibración, de sonido… si hay una barrera que pueda traspasarla…
Respira.
Respira la mente.
Respira el corazón.
Respira el estómago.
Tu sabiduría está siempre ahí. A veces está nublada, bloqueada, constreñida u olvidada.
A medida que entrenes el acceso a ella, tu cuerpo y tu mente fluirán con más equilibrio.
Es como tocar el cielo.
¡Practica!
Un abrazo,
– Rocío
PD: Si quieres desarrollar tus tres cerebros para conectar con tu esencia, tienes aquí un entrenamiento psico-fisiológico guiado , paso a paso, con mi apoyo personalizado.