Piensa por un momento…
¿Qué piensas sobre tu recuperación?
¿A qué nivel de paz y control crees que puedes llegar?
¿Cuánto sudor crees que tienes que sangrar?
¿Qué precio pagar?
¿Cómo de en calma consideras que puedes vivir?
Esta es la primera pregunta a plantearte cuando inicias un camino de recuperación.
Porque puedes tener creencias inconscientes (incluso conscientes) que si no conoces, podrían estar boicoteando tus avances.
¿De qué sirve invertir esfuerzos diarios si en el fondo crees que lo tuyo no tiene solución?
Los marcos mentales desde los que enfocas tu tratamiento son igual (o más) importantes que las técnicas. Te los cuento en mis sistemas.
Porque hay quien cree que:
– no puede,
– no se puede,
– se puede pero será castigado,
– se puede pero no se lo merece,
– se puede pero no merece la pena el súpermega esfuerzo…
Y un largo etc de historias mentales limitantes alejadas de la realidad.
Primero decide a dónde quieres (porque puedes) llegar y entonces, sigue adelante. Eso te asegurará que llegas a tu destino.
Un abrazo,
– Rocío
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