A la m**erda los retos de Año Nuevo

Mucha gente se propone grandes retos en Año Nuevo (me aburre el tema).

¿Y qué parece que necesitan para cumplirlos?

Grandes dosis de fuerza de voluntad.

¿O no?

Ya en la Biblia nos presentaron la falta de voluntad como el pecado original.

Eva sabía, lo sabía, que no podía comer de la fruta prohibida. Pero la tentación fue demasiado grande.

Cero fuerza de voluntad.

Por eso, fue castigada, y en consecuencia, el resto de la Humanidad.

Nos expulsaron del Paraíso.

Y a veces seguimos viviéndolo hoy desde el castigo moral. Cuando no cumplimos nuestros objetivos, demasiadas veces nos sentimos pecadores.

Eso no ayuda.

Propósito – fracaso – culpa – propósito – fracaso – culpa

No es tan simple como «quiero hacer esto» y si no lo hago es porque no tengo fuerza de voluntad. Eso es una excusa, de hecho.

Hay muchas más variables implicadas.

– Retos bien definidos, realistas y en positivo.

– Confianza en uno mismo de ser capaz de cumplirlos.

– Que el beneficio sea mayor que el esfuerzo.

– Persistencia y tolerancia ante la resistencia.

Y un largo etc.

Ayer publicaron cientos de miles de entradas y artículos con este tema, así que no me extiendo.

Simplemente quiero recordarte que lo que genera cambios permanentes no es la fuerza de voluntad, sino cambiar tu mapa de la realidad.

Cambiar tu mapa de la realidad.

¿Desde dónde haces las cosas?

¿Cómo te relaciones con las sensaciones y los pensamientos que parecen querer hacerte boicot?

¿Qué pasa exactamente en tu mente y en tu cuerpo momento a momento cuando quieres cambiar y cómo relacionarte con ello?

Los grandes deportistas, que entrenan a diario, no tienen fuerza de voluntad. Tienen otra cosa.

Eso te cuento en mis sistemas, cómo trascender las barreras de tu mapa actual generando nuevas señales, rutas y zonas de descanso. ¿Te apuntas? Puedes pulsar aquí

Un abrazo,

– Rocío

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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