No puedes cambiar y permanecer como estás.
Parece obvio, pero encuentro cientos de casos en los que la persona teme tanto cambiar que boicotea su propia recuperación.
Sin darse cuenta, crea fuerzas contrarias que la mantienen en un conflicto constante.
Más potente aún que la famosa “zona de comodidad o de comfort”, es la “Zona Conocida”. Nos aterra salir de la zona conocida, por muy incómoda que sea.
Te traigo este legendario cuento sufí:
“Un caudaloso río, desde sus orígenes en lejanas montañas, seguía su curso, imparable, sorteando toda clase de obstáculos.
Día a día, atravesaba valles, gargantas, bosques y desfiladeros.
Y llegó al desierto.
Como había hecho siempre, trató de atravesarlo, pero se dio cuenta de que no podía. Sus aguas desaparecían bajo las abrasadoras arenas.
¿Qué hacer? ¿Cómo atravesar el desierto para llegar a su destino?
Una misteriosa voz le dijo:
– Si el viento cruza el desierto, tú también puedes.
– Pero, ¿cómo? ¡Me estoy estrellando contra las arenas! El viento puede volar para poder cruzar, yo no.
– Forzando y arrojándote con violencia como estás haciendo no lograrás cruzarlo. Desaparecerás o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve hacia tu destino.
– ¿Cómo hago eso?
– Permite que el viento te absorba. Te diluirás en él y luego lloverá más allá de las arenas, se formará otro río, y éste desembocará en uno mayor.
– ¡¿Qué?! ¡Yo nunca no he sido río! ¿Seguiré siendo yo? ¡No quiero perder mi identidad!
– Serás tú y no serás tú. Serás el agua que llueva, que es la esencia, por lo que serás río, pero no el mismo.
– ¿Y si me niego? – preguntó angustiado el río.
– Te convertirás en pantano y un pantano, ciertamente no es lo mismo que un río.
– Pero yo quiero ser el río que soy ahora. No quiero dejar de ser yo.
Y su propio miedo le impidió cruzar el desierto y desembocar en su destino.”
Si quieres vivir una vida con calma, claridad y confianza, no puedes seguir siendo tú.
Tienes que convertirte en una nueva persona, manteniendo tu esencia.
Conectando con ella más que nunca.
Puede que tengas que dejar de querer agradar a todo el mundo, que tengas que decir no, que quitarte algunas máscaras, o que despertar esas potencialidades dormidas.
Déjate llevar por el viento. En tu naturaleza está fundirte con él. Confía. Reconoce el miedo, déjalo estar y sigue tu curso hacia la vida que quieres vivir.
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Recuerda que formas parte de algo mayor que tú.
Un abrazo,
– Rocío Lacasa.