El efecto paradójico de la relajación

Las técnicas de relajación pueden tener un efecto rebote si no conoces sus secretos.

Muchos suscriptores no usan las técnicas que les enseño porque no llegan al paso más importante. Mis clientes lo saben pero no está de más recordarlo.

La gente suele tener creencias confusas sobre cómo relajarse (de forma profunda y curativa), y se ponen a ello sin saber.

Por eso, no lo consiguen. Acaban cogiendo “manía” o miedo a las técnicas.

¡Qué pena desaprovechar un recurso tan potente!

Y es que al principio, cuando empiezas a relajarte, puedes tener una reacción paradójica: te pones más nervioso.

Si pasa eso, es lógico que quieras parar. Es normal que te asustes o pienses que no es para ti.

Tienes que saber que es sólo una primera reacción, pasajera y necesaria para llegar a la auténtica relajación.

Sucede por una sencilla razón:

Contactas con tu estado interno (algo que no solemos hacer).

Si ahora mismo te fijas en los ruidos que tienes alrededor, probablemente te llegue alguno que no estabas registrando hasta que llevas ahí tu atención.

Lo mismo pasa cuando dejas lo que estabas haciendo y te concentras en tu cuerpo y mente. Tensiones, dolores, pensamientos, síntomas, picores… se activan como si no existiesen hasta ese momento.

Es uno de los mecanismos internos de la atención mental.

Una paciente me contaba el otro día cómo acabó quemada de su trabajo (sigue de baja meses después). Trabajaba en una clínica más de 14 horas diarias, sin descanso.

Durante la jornada no se sentía ansiosa, pero al parar y volver a casa empezaba a tener taquicardia y un cansancio extremo que la mareaba. Llegó un día que no se sintió con fuerzas para volver.

Suele pasar. Paras, desactivas el modo ON, y aparecen los síntomas.

No es que surjan de repente, sino que te das cuenta de que están ahí. Aparecen en tu conciencia.

A veces a lo bestia, como en el ataque de pánico.

En momentos de exigencia (por ejemplo trabajando), tu cuerpo pone en marcha una defensa para que evites darte cuenta del estrés que tienes. Al terminar la actividad, la defensa baja y conectas con tu estado interno.

Hay personas híper-contraídas que mantienen la tensión muscular sin que sea necesario y sin darse cuenta (se llama hipertonía muscular). Mandíbula contraída incluso durmiendo…
El resultado es un agotamiento que no entienden porque no es proporcional a su actividad diaria.

Para esas personas el primer requisito para aprender a relajarse es tomar conciencia de la tensión.

No es automático, porque no estamos acostumbrados a parar y sentir.

Solemos evitar conectar con nuestro malestar, y lo tapamos con comida, bebida, televisión o medicamentos. Trucos engañosos para tirar hacia delante como un caballo con orejeras.

Sólo si destapas las sensaciones y conectas con ellas, podrás dominarlas.

Recuerda esto:

Para curarte, no tienes que hacer nada nuevo, sino dejar de hacer lo que te estaba impidiendo curarte.

Todo lo que enseño en mis métodos está diseñado para que aprendas a usarlo por tu cuenta, sin depender de pastillas ni terapeutas. Pero es imprescindible que conozcas la letra pequeña.

Te cuento todo en  https://hermanoslacasa.com/sistemas/

Conecta con tu interior.

Un abrazo,

– Rocío Lacasa.

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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