Quiero compartir contigo el testimonio de Alejandra.
Ella, como tantos otros, se sentía incapaz de eliminar la ansiedad, ni siquiera recurriendo a la química artificial.
Pero algo la impulsó a salir del laberinto.
Hoy tiene la certeza de que ella tiene el poder, de que la ansiedad es un malentendido que puedes deshacer con las estrategias adecuadas.
Cuando recorres el laberinto con una brújula, es mucho más fácil salir.
O si nos ponemos modernos, con un mini-dron que te ayude a tomar perspectiva de dónde te encuentras y cuál es el camino.
Qué destino tan distinto habría esperado a Alejandra si no hubiera apostado por su recuperación.
“Rocío, te estaré agradecida de por vida. Antes de comprar Pánico Perdido, no conocía lo que era la ansiedad. Un día desperté, apareció sin avisar y creí que mi mundo se venía abajo. Durante meses me pregunté «¿por qué a mi?». Estaba desesperada y ciertamente deprimida. Junto con la ansiedad llegó el miedo a todo. A lo que comía, a las medicinas, a la muerte… a lo que fuera. Un psiquiatra me dio unas gotas para la ansiedad pero no me quede conforme. No podía quedarme así, encerrada en mi misma. Así que me puse a investigar y finalmente te encontré. Me di cuenta de que todo estaba en mi mente. No solo pude vencer la ansiedad, sino que pude utilizar toda tu ayuda para programar mi mente a cosas positivas. Un día estaba en mi cuarto y llego la ansiedad. En ese momento recordé cada una de tus palabras y de pronto el miedo desapareció porque estaba segura de que estaba a salvo. A partir de ahí, todo cambió. En ese momento me dije que ya podía decir adiós a las medicinas para la ansiedad, porque supe que tenía el poder. Dejé las gotas y trabajé con mi mente, con mi fuerza, y es ahí donde fui libre de nuevo. Gracias por siempre, porque salvaste mi vida sin saberlo. Sentí que me moría, y gracias a encontrarte, logré vencer.”
Tú decides tu destino, encuentra apoyos positivos que te acompañen en el viaje.
Yo te ofrezco el mío en https://hermanoslacasa.com/sistemas/
Un abrazo,
Rocío Lacasa.
PD: Gracias Alejandra por compartir con nosotros tu experiencia.