Si estás atento, descubres una lección en cada rincón.
Me encanta hablar con mis clientes desde la mirada de principiante.
Es una actitud que recomiendo muscular.
No dar nada por hecho ni por sabido de antemano.
Así programas tu mente para detectar nuevos ángulos que te van acercando a la solución. Dejas espacio a posibilidades que quizás descartaste, pero que necesitas integrar ahora.
Hoy hablando con César, recordábamos la importancia de que tu cuerpo y mente estén coordinados.
Me comentaba que sí, que racionalmente comprendía que sus miedos eran desproporcionados e ilógicos.
Pero que su cuerpo seguía reaccionando como si el miedo (el pánico) fuera la mejor y única opción.
«Sé que no va a pasar nada, pero mi cuerpo no se lo cree».
La transformación sucede cuando tu cuerpo empieza a opinar lo mismo que tu cabeza le cuenta.
Ahí sucede la magia.
Llega el resultado que esperas tras haber ido implementando una serie de pasos, como los que te explico en mis sistemas, https://hermanoslacasa.com/sistemas/
Más tarde Ana y yo nos reíamos, seguras de que los grandes retos son los del día a día.
No hace falta irse al Himalaya, al curso de Los Ángeles, ni al desierto de Languipur para encontrar la calma interior.
La calma, el despertar, están en el súper del barrio, en el camino al contenedor de basura o en conseguir ordenar el armario.
De nuevo, ahí es donde sucede la magia.
Son pequeñas grandes piezas que completan el puzzle.
Dirige tu atención a las oportunidades para crecer.
Por tu libertad,
– Rocío Lacasa.