Si sé mucho de ansiedad es porque he hablado con miles de personas con ansiedad.
A fondo.
Estudio sus mentes y los procesos físico-mentales que siguen para crear la ansiedad y para volver a la calma.
(No te sientas observado)
Al principio conocía la teoría.
Pero con la práctica pasé de la idea abstracta a la realidad visceral.
No tiene nada que ver leer un manual académico con mirar a los ojos asustados de una persona angustiada que espera tus respuestas. Eso remueve las tripas y te hace querer llegar al fondo de la cuestión.
Ayer hablaba con un cliente de Pánico Perdido.
«Tengo el subconsciente lleno de memorias tóxicas. Hay que ir vaciándolo».
Juan me trajo un tema clave. La memoria.
La parte de tu cerebro encargado de almacenar recuerdos tiene una carpeta específica para las «Situaciones Amenazantes a Evitar». Cuando se abre esa carpeta, se abre otra carpeta que activa respuestas físicas y pensamientos de huida.
Es como un protocolo.
El problema es que la persona empieza a archivar ahí situaciones seguras. Se crea una confusión, un malentendido, y hay que guiar al cerebro para que re-clasifique.
Estamos reorganizando la información.
Le pregunté por algunos de sus recuerdos.
«Los recuerdos son como un archivo de Word», me decía. «Lo abres y lees, puede que cambies algo. Cuando lo cierras y le das a «Guardar Como» siempre queda archivada la última versión».
Así es.
Cada vez que recuerdas, guardas la escena de la última vez que lo evocaste. Se va distanciando del episodio original. Comienzan a mezclarse memoria e imaginación. Lo percibido y lo construido.
Esa subjetividad puede propiciar que añadamos información que no sucedió. O borrar la que sí sucedió. Percibimos una cosa, recordamos otra.
Tanto para lo bueno, como para lo malo.
Algo con lo que he lidiado a menudo en consulta son los falsos recuerdos. Maltratos, burlas, desprecios, inseguridades que quizás nunca fueron reales. Se vivieron como tal, o se recuerdan como tal.
Ayer veía una serie en la que dos agentes del FBI revolucionan, en los años 70, las técnicas de investigación en criminología para comprender y atrapar a asesinos.
Pura psicología.
En el episodio de ayer, interrogan a un sospechoso.
¿Mató él a la chica?
Le manipulan a base de bien, a través del lenguaje. El joven acaba confesando el crimen.
Pero plantean un interrogante al espectador:
¿Es una falsa confesión?
Es sencillo implantar falsas memorias.
Puede sonar alarmante o perturbador, pero en realidad, ¡podemos usarlo a nuestro favor!
Si los recuerdos pueden manipularse, ¿podemos convertirlo en ventaja de cara a la recuperación?
¿Podemos desintegrar esas memorias tóxicas?
En efecto. La mente se convierte en el cazador cazado.
Demos la bienvenida al Control Mental.
Hay que conocer y entrenar.
En mis sistemas exploramos a fondo los mecanismos cerebrales que mantienen viva la ansiedad y les damos la vuelta, a través de la Psicología Inversa Contraintuitiva.
¿Quieres hacerte dueño y señor de tus memorias?
Un abrazo,
– Rocío