Cuando seamos robots

De vez en cuando me propongo retos para fortalecer mi fuerza de voluntad y mi libertad.

Esta vez fue el azúcar.

«Voy a dejar de consumir azúcar, mínimo un mes».

Fuera chocolate, galletitas, helados, postres, tortas de arroz cubiertas de choco o yogur.

Prueba superada.

4 primeros días con “mono” y empecé a sentirme con más energía, menos hambre y más claridad mental.

Un sábado, llegué muy cansada a las 9 de la noche después de un curso intensivo. Fui a casa de mis padres a cenar, y ahí estaba él…

… El brownie especial de mi madre, ese que llevo tomando desde niña…

“¿Tomo un poco?” “No seas tonta, ya llevas un mes sin tomar azúcar y sabes que si empiezas, no para”. “Venga, me lo merezco después de la semana que llevo”. “Mañana vuelvo a empezar”.

Cansancio + tentación = adiós fuerza de voluntad.

Tomé un trozo, y llevo desde ese día tres semanas picoteando azúcar de nuevo.

No pasa nada, sólo fue un experimento y no es cuestión de vivir a base de restricciones inflexibles.

Pero a lo que voy.

El azúcar es perjudicial para tu ansiedad.

Cuanto más azúcar y carbohidratos refinados tomes, más difícil te será mantener niveles adecuados de azúcar en sangre.

Los síntomas de la disglucemia son:

– fatiga
– irritabilidad
– vértigos
– insomnio
– falta de concentración y despistes
– sed y sudoración excesiva
– depresión y llanto
– trastornos digestivos
– visión borrosa

¿Te suenan?

Uno de los expertos mundiales en azúcar en sangre, el profesor Gerald Reaven de la Universidad de Stanford, calcula que el 25% de las personas no obesas presentan “resistencia a la insulina”.

El azúcar consume tus reservas corporales de vitaminas y minerales, sin aportar ninguno.

Vivir con calma, claridad y confianza no se paga con dinero. Exige tomar responsabilidad y ser consecuente con lo que quieres.

Hace poco vino un paciente híper-exitoso a la consulta quejándose de mareos.

El clásico ejecutivo agresivo.

Al preguntarle por sus hábitos, me cuenta que trabaja 15 y duerme 4 horas, no tiene tiempo para más.

“Money rules», me dice.

Se niega a bajar el ritmo pero…

“Rocío quítame estos mareos YA”.

Por ahora no somos robots (no sé cómo estará el panorama en 50 años).

Tenemos un cuerpo que sigue unas reglas, que necesita unos cuidados y que responde tanto a los excesos como a las carencias. ES LO QUE HAY.

Si quieres optimizar su rendimiento y dejar de experimentar sus señales y avisos de desequilibrio, tienes que seguir su manual de instrucciones y cuidados.

¿Quieres eliminar tus síntomas?

Actúa.

En mis sistemas planteo la recuperación como un tratamiento integral realista, científico y humanista. Si quieres que te acompañe en tu búsqueda, visítame en https://hermanoslacasa.com/sistemas/

Un abrazo, de cuerpo a cuerpo, con sus efectos beneficiosos,

– Rocío Lacasa.

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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