Cuidado con las frases motiva-inspiracionales

Me pasan esta diapositiva en un curso de Psiquiatría:

“No le tienes miedo a la oscuridad,
tienes miedo a lo que hay en ella.
No le tienes miedo a las alturas,
tienes miedo a caer.
No le tienes miedo a la gente,
Tienes miedo al rechazo.
No tienes miedo al amor,
tienes miedo a no ser amado.
No tienes miedo a dejar ir,
tienes miedo a aceptar la realidad que ya se fue,
No tienes miedo a intentar otra vez,
tienes miedo a se lastimado por la misma razón otra vez”.

Muy bonito, muy poético, muy de enmarcar en el pasillo, pero, para mi, más de lo mismo.

Ok, dice “no tienes miedo a la oscuridad, tienes miedo a lo que hay en ella”.

¿A qué? ¿A un monstruo? ¿A un asesino? ¿A un alien?

Miedo a caer. ¿Pero si caes en una piscina hinchable?

¿Miedo al rechazo? ¿A qué del rechazo? ¿El rechazo es un objeto punzante?

Esto sigue quedándose en la superficie.

A lo que tienes miedo es a cómo te sentirías, a nivel corporal, si pasaran cualquiera de esas cosas. Miedo a no poder soportarlo. El dolor emocional. El dolor físico. Lo que se siente en el cuerpo.

Estómago.

Pecho.

Mandíbula.

Tú puedes. Tienes espacio de sobra.

No es cómodo, pero mucho más incómodo es el miedo paralizante.

Te cabe ese dolor y más y en cuanto lo compruebas, muchos mecanismos ansiosos se disuelven.

Con Pánico Perdido pierdes el miedo a los síntomas. Es la forma del llegar al núcleo de tu ansiedad y dejar de poner parches temporales y tiritas que se caen al ducharte.

No te quedes en lo superfluo, vamos a la raíz.

Un abrazo,

– Rocío Lacasa.

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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