Un amigo piloto me contó que a él le encantaba cuando surgían problemas en el vuelo.
«Para eso estoy yo, para resolver. Me cargo de adrenalina y pienso cuál es la mejor maniobra. El 99% del tiempo, es un aburrimiento».
Me pasa un poco lo mismo. Por eso me crezco ante los misterios de la mente.
Uno de ellos es por qué hay personas en tratamiento que cuando empiezan a mejorar, se angustian.
Aparecen las famosas recaídas y estancamientos.
¿No era lo que deseaban desde hace tanto tiempo?
Sí, pero quizás no contaban con conseguirlo.
Puede dar más miedo la luz que la oscuridad.
Vivir con ansiedad puede significar no darlo todo de ti, con una justificación más o menos real para ello.
Vivir con calma, claridad y confianza significa que toca brillar.
Eso asusta. Acojona.
Para su mente inconsciente se abre un mundo inmenso de nuevas posibilidades que sienten no controlar. Triunfar equivale a exponerse. A tomar decisiones.
Entonces, entran en duda de su propia capacidad de vivir brillando.
La oscuridad es dolorosa, pero a veces se siente más segura.
En este miedo irracional residen muchas de las resistencias para avanzar en el auto-crecimiento. La persona boicotea su recuperación.
No se siente cómoda con el vértigo que comienza a sentir cuando sus síntomas de ansiedad se van disolviendo y convirtiéndose en calma y seguridad.
Si te haces consciente de ese proceso natural y tomas una respiración profunda, conectando con tu coraje, trasciendes el miedo y te conviertes en quien estás destinado a ser.
Te cuento cómo sentirte dueño y señor de tu poder innato en mis sistemas. Nos vemos al otro lado.
Un abrazo,
– Rocío Lacasa
PD: Ya recuperada, gracias a todos los mensajes de ánimo por mi faringitis.