Ayer me hizo mucha gracia la escena de una serie (tengo un tema con las series…).
Nos presentan al típico gurú americano, carismático, arrollador, con nombre falso, dientes falsos, bronceado falso, preparándose para su conferencia de 10.000 personas.
De esos que crean una energía que levanta y remueve a todo el público.
Súper estrella.
Se supone que vende paz, unión, transformación, evolución humana.
Y todo eso.
Muy bien, pues se está preparando en su habitación del hotel antes del gran show.
Hace su ritual de poder, con sus respiraciones, sus técnicas, ruidos raros y demás.
Y entra sin avisar un camarero a traerle agua (que previamente él había pedido).
El gurú enfurece y le pega una paliza de escándalo al camarero por haberle interrumpido.
Me pareció brutal.
Una critica en toda regla al doble filo de esta pseudo-psicología guruística.
Parece que el ser humano busca desde hace siglos figuras de referencia que les otorguen la llave secreta de la sabiduría.
Una cosa es consultar a expertos con criterio y otra crear ídolos.
Porque el ídolo suele caer.
Y eso duele.
Encuentra profesionales que te recuerden que la solución está en ti, desde siempre. Sólo tienes que acceder (de nuevo) a ella.
Y además, aprovecho para decirte que los rituales son maravillosos. Te permiten acceder a estados útiles para tu recuperación y aceleran el éxito.
Mis sistemas https://hermanoslacasa.com/sistemas/ tienen como uno de los resortes principales los Rituales, de Renovación y Recuperación.
Conviene practicar a diario. Pero cuando eres consistente te puedes permitir ser flexible.
Si pasas de depender demasiado de ellos, creyendo mágicamente que NECESITAS hacerlos, si te culpas si un día no practicas o si no ves resultados inmediatos y te frustras, pierden todo el sentido.
Y ya si le pegas una paliza a alguien cuando te interrumpen, ahí sí, tenemos un problema 🙂
Sé tu gurú.
Te mando un abrazo,
Rocío.