Vivo en un piso 10.
Tengo una vista increíble, llena de edificios y carreteras.
Me encanta mirar por la ventana de noche y pensar «qué pequeños somos».
Veo todas las ventanitas con sombras de personas haciendo sus cosas.
Y los coches a lo lejos dirigiéndose no sé a donde.
Milton Erickson, un legendario psiquiatra que aplicaba un original tipo de hipnosis en psicoterapia, llevaba a algunos de sus pacientes a la cima del Monte Squirrel.
Así les ayudaba a que tomaran perspectiva.
Si recuerdas un problema de tu pasado, que finalmente quedó resuelto (mejor o peor resuelto), seguro que hoy lo relativizas. Tiene mucho menos poder del que tuvo en su momento, cuando estabas totalmente enfocado en él.
Ocupa una imagen pequeñita y borrosa en tu cabeza, lo escuchas distante, cuando antes lo veías en XXL y escuchabas a todo volumen.
Milton fue revolucionario porque hacia cosas «locas» en consulta para sacar a sus pacientes del trance.
Se supone que cuando te hipnotizan entras en trance, pero quizás lo que suceda realmente es que te saca del trance en el que vivimos día a día.
Con nuestros automatismos, creencias falsas, inseguridades y paranoias varias.
Un auténtico mundo paralelo a la realidad.
A veces útil, a veces poco útil.
Una mujer fue porque no paraba de comer por ansiedad y se había puesto en 90 kilos.
Le suplicó que la ayudara a adelgazar.
«De acuerdo, para eso necesito que llegue a 100 kilos, sólo a partir de ahí podrá bajar».
Para no hacerlo largo, ya intuirás que la mujer empezó a adelgazar, en shock ante la posibilidad de llegar a 100.
Otro hombre no podía dormir. Había probado de todo.
Milton le indicó que si no podía dormir, se levantara de la cama y leyera el periódico pero tenía que cumplir una condición. No podía dormirse.
Por supuesto, durmió como un bebé.
Nos dejó geniales técnicas como la confusión o la siembra, que desafían el sentido común.
Porque el sentido común es el menos común de los sentidos.
En mis sistemas me inspiro en algunos de sus insights y te cuento cómo con la ansiedad, la mayoría de las veces hay que hacer precisamente lo contrario de lo que tu intuición te pide. Es la Psicología Inversa Contraintuitiva que ya ha cambiado la mentalidad ansiosa de miles de personas.
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Un abrazo,
– Rocío