Que tu reto no sea eliminar la ansiedad, sino fortalecer y nutrir la calma.
Que tu reto no sea alejarte de la gente tóxica, sino acercarte a personas positivas.
Que tu reto no sea dejar de sufrir, sino empezar a sentir más y más placer.
Entro en Facebook, observo y me viene a la mente el «cada loco con su tema».
Si nos grabaran desde arriba, vista panorámica, a todos como muñequitos sentados medio encorvados frente a la pantalla, hipnotizados por imágenes y palabras… de alguna manera lo hacen.
Cada uno compartiendo sus historias, que suelen repetirse: familia, cadenas, respeto animal, temas de psicología o meditación, política, moda… Siguiendo un patrón más o menos predecible y monetizable.
Y pienso «qué fácil es perderse».
Con perderse me refiero a dejar que tu atención se disperse y se enganche con estímulos condicionados.
Mientras, los de Facebook estudiando y provocando nuestro comportamiento para sacar mayor rendimiento.
Si les dejamos, nuestra mente les pertenece.
Es fundamental hacernos dueños de nuestra atención. Custodiarla como la joya de la corona.
Porque a lo que llevas tu atención, incrementa en tu experiencia.
Si la diriges a la ansiedad, tendrás más experiencias de ansiedad. (¿Cuántos grupos de ansiedad hay en Facebook? Esos grupos, por cierto, son un manual para mantenerla viva).
Si la diriges a la personas tóxicas y todo el daño que te hacen, tendrás más experiencias tóxicas.
Tienes un poder extraordinario y tu responsabilidad es aprender a dominarlo.
Dedica aunque sea una hora, esta noche, o mañana, a conscientemente dirigir tu atención a lo que sí quieres, lo que sí tienes y lo que sí puedes.
Cázate cuando el foco cambia de rumbo arrastrado por la marea y reenfoca.
Te vas y vuelves.
Miras a un lado, miras al otro.
Si entrenas ese movimiento mental estás asegurando la transformación de tu experiencia subjetiva, ahí donde se crea la ansiedad… o la calma.
Te propongo un entrenamiento físico-mental paso a paso en mis sistemas.
Besos,
– Rocío