La locura y la ansiedad suelen confundirse.
Te voy a explicar por qué son distintas.
Cuando empecé a trabajar en Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón salía cada día impresionada. En las entrevistas, los pacientes relataban las historias más rocambolescas que jamás había oído.
Un hombre me aseguraba que era un enviado aliado de los alienígenas.
Otro reptaba por el suelo porque creía que era un gusano.
Una mujer que me llamaba “Nefertiti” estaba convencida de que todo su edificio la espiaba, con cámaras incluidas, según ella porque era soltera y tenía gato.
Un chico nos contaba que estaba ingresado porque le habían puesto una trampa, ya que le habían robado la canción del verano y querían quedarse con los derechos de autor.
No es para reírse. Son síntomas serios de una enfermedad que se llama Esquizofrenia.
Luego había otro tipo de pacientes, pacientes que también se preocupaban porque estar teniendo esos pensamientos “locos”.
Recuerdo que uno pensaba que iba a hacer daño a su mujer e hijos, otro se preocupaba por si tenía una enfermedad cerebral y más de uno dudaba de si estaba perdiendo la cordura.
Enseguida pude distinguir lo que les diferenciaba.
Estos pacientes se asustaban de las ideas que a veces les venían a la cabeza. Sabían que eran pensamientos irracionales y no les gustaba tenerlos. Su cordura les ayudaba a distinguir lo real de lo imaginado.
Los otros pacientes, pensaban que esas ideas extrañas eran la realidad.
Unos tenían ansiedad y los otros esquizofrenia.
Con esto quiero decirte dos cosas:
- La ansiedad crea pensamientos irracionales que pueden asustarte y confundirte, hasta que comprendes que son seguros y que puedes aprender a controlarlos.
- Para tratar la ansiedad y los problemas psicológicos hay que tener una sólida formación y experiencia en psicología clínica. No estamos jugando a las casitas ni a los médicos. Esto es serio y no puedes dejar tu salud en manos de cualquiera.
He visto cómo muchas personas acudían al sitio equivocado a buscar ayuda. Diagnósticos erróneos, explicaciones confusas y técnicas inútiles…
Y eso me enfada. Uno de mis objetivos es ayudarte a tomar las mejores decisiones a la hora de elegir un tratamiento.
En Pánico Perdido quisimos crear combinación única. La de mis conocimientos de psicóloga que ha trabajado con todo tipo de personas, con la experiencia de mi hermano, que vivió un trastorno de ansiedad.
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