La mayoría de personas que no han tenido ansiedad, no acaban de entenderte.
Puede que quieran ayudarte pero a veces sus consejos no te sirven de nada.
Incluso puedes acabar sintiéndote peor.
Cuando mi hermano estaba viviendo su peor época de ansiedad, llegó a deprimirse bastante. La actitud constante de lucha contra sus síntomas le mantenía agotado, y su mente empezó a distorsionar su percepción de las cosas.
Se culpaba por cosas del pasado y por no estar mejorando.
No tenía ganas de hacer nada, se pasaba días enteros en la cama, comiendo alimentos basura y fumando.
No era muy de contárselo a la gente. Y cada vez se fue encerrando más, ya que cuando lo contaba, solía recibir consejos que le frustraban y deprimían aún más.
Él sabía que la intención de esas personas era positiva, pero el resultado era justo el contrario.
Tres de las frases que más escuchó fueron:
“Íñigo, piensa en positivo”.
Algo así como que convirtiera sus pensamientos negativos en positivos.
Fácil decirlo, y no tanto hacerlo…
Cuando alguien está deprimido, su mente no está preparada para hacer eso así sin más. De hecho, cuando intenta dejar de pensar en negativo y ve que no puede, es probable que se sienta peor. Así no funciona nuestro cerebro. Hay otras maneras de conseguirlo.
“¡Tranquilízate!”
En momentos de nervios, alguien podía decirle “tranquilo, hombre, no pasa nada”.
Cuanto más se forzaba a tranquilizarse, más nervioso se ponía. Sentía que era como pedirle a un paralítico que se pusiera a andar.
“¡Distráete, no pienses en ello! ¡Anímate! ¡Vete de fiesta!”
En esos momentos, pensar en una fiesta era como meterse en una jaula de leones. Dejó algunos de sus hobbies de lado porque no tenía ganas de nada.
Ese tipo de consejos sólo le creaban mayor presión.
Algunos pensaban que su ansiedad era una tontería que podía resolver con unas risas con amigos.
A él le habría encantado, pero sentía que no podía hacerlo.
Puede que hayas vivido alguna situación similar. Hay veces que este tipo de recomendaciones puede calmarte o aliviarte, pero desde luego no es lo que más va a ayudarte.
Está muy bien tener el apoyo de tus amigos, familiares y conocidos, pero si no tienen experiencia tratando la ansiedad, no suelen saber lo que necesitas de verdad.
En hermanoslacasa.com/sistemas Íñigo comparte su experiencia y cómo él pudo salir de las trampas de la ansiedad sin necesitar que los demás le entendieran.