Venga, un poquito más.
Sigue así.
Mantente.
….
Pero descansa.
Incluso de tu recuperación.
Toma aire, y descansa con tranquilidad bajo la sombra del árbol, coge fuerzas y adelante.
Y no importa que hayas días bajos, en los que parece que se te olvida toda la teoría.
No importa que dejes de hacer lo que ya sabes bien que te conviene. O que hagas lo que sabes que no te conviene.
No pasa nada.
No pasa nada si hay días que evitas, que te quedas en la cama, que mientes, que no vas al gimnasio.
No pasa nada.
No pasa nada si hoy no meditas, si no escuchas los audios, si no afrontas esa situación que temes, si te tomas la pastilla.
No pasa nada.
Puedes darte permiso para soltar.
Si estás en la senda, y sabes dónde quieres llegar, puedes contar con los baches en el camino. Hay veces que los manejas con soltura y veces que te cuesta un poco más.
Pero sigues en la senda.
Esta es una clave muy importante en el proceso de recuperación. No sólo se trata de generar momentos de calma y confort, en los que sonríes, avanzas y superas retos. También hay que amar los momentos de confusión. Los momentos de tristeza, de nerviosismo.
Cuenta con ellos, navégalos, recuerda que no significan nada.
Sólo necesitas dejar que pase el temporal.
Confía.
Y si por momentos, desconfías, confía en que es parte del juego.
Mañana confiarás.
Un abrazo,
Rocío Lacasa
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