La Paradoja del asesinato de Hitler y tus dudas constantes

La ansiedad suele alimentarse del futuro. 

Pero, no te creas, también le divierte el pasado.

Se dice que la ansiedad es angustiarse por el futuro y la depresión por el pasado. Pero esta separación es ficticia y un toque simplista. «Ansiedad es exceso de futuro y depresión exceso de pasado». Eso sería más exacto.

Para futurizar hay que recordar y viceversa. Yo me preocupo por lo que puede pasar mañana, basándome en lo que pasó ayer (o los últimos 100 años). Y me angustia el pasado porque creo que va a tener consecuencias en el futuro. 

Muchos pasan horas y horas preguntándose

«¿Y si hubiera actuado distinto?»

«¿Y si en vez de esto hubiera decidido lo otro?»

Puede que te pase a ti. Estás entre dos opciones y finalmente, generalmente tras un intenso debate interno, escoges. 

Tomas un camino… pero… además de toda la energía invertida en decidir… estás todo el rato recordando el otro camino y a dónde te habría llevado.

Desde haber pedido otra comida en el restaurante hasta si tenías que haberte comprado la casa, casado, dejado el trabajo, o no. 

«Tenía que haber hecho lo otro».

Absurdo pensarlo ahora, pero ahí te quedas. 

Cuando sales del patrón y entras en contacto con tu responsabilidad y libertad de elección… sientes paz automática. 

Esas personas que dudan eternamente saben que podrían ser más decididos, pero no pueden evitar dudar.

Eso sucede porque todavía no han visto los trucos mentales más sutiles de la ansiedad.

En mis sistemas una de las protagonistas es la paradoja. 

El otro día me reía con un cliente que se había quedado enganchado en la Paradoja del Asesinato de Adolf Hitler.

Se preguntaba que pasaría si hipotéticamente viajara en el tiempo para asesinar a Hitler, antes de que éste provocara la Segunda Guerra Mundial. Porque si lo hiciera, evitaría la Segunda Guerra Mundial, entonces eliminaría precisamente el motivo para dicho viaje. De no haber existido la Segunda Guerra Mundial, entonces no habría motivo para viajar al pasado para matar a Hitler.

Y lo aplicaba a su vida. «¿Qué habría pasado si mis padres no hubieran sido tan protectores conmigo? ¿Habría desarrollado otra personalidad o esto es algo genético y si hubieran sido menos protectores yo tendría más miedo aún y en realidad fue mi personalidad la que les hizo ser más protectores?»

Y seguía…

Imagina que Juan realiza un viaje en el tiempo. Ya en el pasado, mata al padre biológico de su padre biológico (abuelo de Juan), antes de que éste conozca a la abuela de Juan y puedan concebir. Entonces, el padre de Juan (y por extensión, Juan) nunca habrá nacido, de tal manera que no habrá podido viajar en el tiempo. Al no viajar al pasado, su abuelo entonces no es asesinado, por lo que el hipotético viajero sí nace. Entonces sí puede viajar al pasado y asesinar a su abuelo, pero no nacería porque no habría concebido a su padre, y así indefinidamente.

Esto como juego está bien.

Como guía para tomar decisiones es desquiciante.

Toma riesgos.

Piensa. Y actúa.  

Decide.

Asume.

Libérate. 

Para todo esto es clave comprender, creer y crear coraje. 

Te cuento cómo invertir tu energía mental de manera óptima, haciendo clic aquí 

Un saludo,

Rocío Lacasa

Consejos para transformar tu ansiedad basados en la experiencia

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