Hoy he estado con Patricia, cliente de Pánico Perdido, y me contaba algo muy común.
Su amiga, rabiosa porque Patricia ha decidido poner nuevos límites, le dice:
«Anda, venga… que sólo son nervios».
Y las dos, Patricia y yo, como muy indignadas.
En plan «sí sí, está claro, es que ella no ha pasado por la ansiedad».
No sólo eso, sino que además le suelta lo siguiente:
«En realidad no te curas porque no quieres».
Uy uy uy… ya Patricia y yo cómplices diciendo «qué cosas tiene la gente…».
Che-che-che, cuidadín.
Muchas veces te digo que no puedes esperar que todo el mundo entienda lo que estás viviendo. La ansiedad es algo que si no has experimentado de forma intensa y duradera, no llegas a comprender lo que puede hacer.
Pero no se trata de juzgarles y pensar «qué ignorantes» o «qué egoístas».
Es que REALMENTE no saben lo que estás viviendo.
No entremos en paranoia, ni en victimismos.
«La gente no me entieeeeeeende».
No por nada, sino porque eso no aporta nada positivo en tu camino de recuperación.
De hecho, Patricia luego se ha dado cuenta de que ella decía exactamente lo mismo a otras personas con ansiedad antes de experimentarlo ella. Trataba de quitar importancia porque pensaba que no tenía importancia.
Y lo mejor de todo es que tanto ella como su amiga tenían mucha razón con sus frases «puñeteras».
«Sólo son nervios». Ok, un poco simplificado, pero sí, lo son.
«No te curas porque no quieres». No, hay una parte de ti que no quiere curarse. Esa parte es la que está guiada por la ansiedad, y a través de la Psicología Inversa Contraintuitiva, la convences de que trabaje a tu favor.
Prueba mis sistemas
Rocío Lacasa