Antes de seguir leyendo, te voy a pedir 2 cosas:
- Lee esto como si fuera un poema, sin analizarlo, compararlo ni etiquetarlo… sino para experimentarlo.
- Leélo como si fuera algo totalmente nuevo, dejando a un lado todo lo que sabes.
Ahí tienes dos mecanismos que usan las mentes más brillantes para escapar del sufrimiento.
Contemplar todo con una mirada fresca de principiante, curioso y abierto.
Sin agendas ocultas.
Sin análisis incesantes.
Otra verdad:
Tu ansiedad no es algo a «tratar», porque no es una enfermedad.
La ansiedad es una ilusión psicológica.
Un mero pesamiento.
Pasajero.
Inofensivo.
Y falso.
No lo analices, respira y sigue leyendo.
Pensar es exactamente lo mismo que ver una película.
Recuerda uno de los tantos momentos cuando estuviste completamente inmerso viendo una película, y te emocionaste, lloraste, reíste, te asustaste… la viviste de lleno.
Pero, sueles hacer algo diferente con los pensamientos.
Algo que aumenta tu angustia y confusión.
Película y pensamiento tienen la misma «forma». Son imágenes, diálogos, sonidos, colores. Lo único que cambia, es la manera de ENTENDER la experiencia. Si estás viendo una película, y aparece en escena el malo, y empieza a disparar con una metralleta… no llamas a la policía, no sales corriendo, no entras en pánico. Porque tienes algo claro: es una mera película inofensiva.
Pero ¿qué pasa cuando PIENSAS en eso que dices que te produce tanto miedo?
¿Por qué – al pensar en ello – se dispara el corazón, el sudor, los temblores…?
La realidad es que no estás sintiendo «el futuro», porque no está pasando ahora mismo.
Estás sintiendo «el pensamiento» sobre el futuro.
Haz el siguiente experimento:
Cierra los ojos – y durante 30 segundos – imagina la catástrofe más letal y negativa que puedas. Mira lo que verías si estuvieras ahí… escucha lo que escucharías… sumérgete mentalmente en los sonidos, diálogos, colores y olores. Hazlo de verdad un momento, y al terminar, abre los ojos de nuevo.
¿Cuánta intensidad de emoción – del 1 al 10 – has sentido al *pensar* en la catástrofe?
Lo más probable es que hayas sentido algo.
Sólo con pensarlo, viendo imágenes y escuchando sonidos mentales, pueden activarse nuestras sensaciones.
¿Qué pasa si… cuando aparece un pensamiento… reaccionas igual que si apareciera un personaje, con una pistola, en la escena de una película? Es decir ¿qué pasa cuando RECONOCES que únicamente es una película?
No sales corriendo.
Te da igual.
Lo vives y punto.
Porque es una mera escena temporal inofensiva.
Ahora, hagamos otro experimento:
Vas a hacer lo mismo, pero ahora DÁNDOTE CUENTA de que ESTÁS PENSANDO. Cierra los ojos e imagina la catástrofe más letal y negativa que puedas. Mira lo que verías si estuvieras ahí… escucha lo que escucharías… los sonidos, diálogos, colores y olores. Tómate 30 segundos para hacerlo mientras te recuerdas que «sólo es una película mental». Y al terminar, abre los ojos.
¿Cuánta intensidad de emoción – del 1 al 10 – has sentido al *pensar* en la catástrofe?
No sientes miedo por algo de ahí fuera o por algo que «podría pasar».
Sólo puedes sentir lo que está sucediendo ahora, tu pensar.
La ansiedad es un malentendido mental temporal.
Reconocer esto es uno de los descubrimientos psicológicos más importantes que puedes hacer para liberarte por fin de la ilusoria cárcel que te habías montado.
Reacciona ante los pensamientos igual que ante una película.
Si tienes una pesadilla durmiendo… no te estás dando cuenta de que sólo es un SUEÑO. Pero cuando despiertas, miras al techo, y compruebas que no está pasando nada peligroso ahora mismo, te sientes a salvo.
Sucede lo mismo con las «PIENSADILLAS».
Créetelas lo mismo que te crees las películas.
Nuestro nuevo programa, Calma Generalizada®, trata esta compresión en profundidad. A través de nuevos experimentos, y ejercicios mentales, te enseño cómo disolver la ilusión.
Porque una vez VES el truco, no necesitas «hacer» nada.
Para vivir con Calma Generalizada®, ve aquí: https://hermanoslacasa.com/sistemas/
Después del Domingo, volverá a su precio normal, sin excepciones, porque no suelo dar descuentos nunca. Y voy a dejar las terapias y al apoyo personalizado, porque con mis técnicas, la gente comprueba que no me necesitan, aunque antes lo creyeran así.
Un abrazo,
Rocío