===
Había un zorro que estaba hambriento.
Buscaba por el bosque algo que llevarse a la boca.
Cuando vio un árbol con unas frutas deliciosas. Qué bien debían de saber…
Se acercó y trató de trepar.
Subió la primera parte con éxito. Llegó casi a la mitad del tronco.
Pero al mirar hacia abajo, le dio pánico caerse.
Se quedó unos segundos decidiendo, mirando hacia al suelo y volviendo a mirar las frutas.
Mirando al suelo y volviendo a mirar las frutas.
Finalmente, decidió bajarse.
«Bah, ni tengo tanta hambre, ni tenían tan buena pinta, estaban demasiado verdes…», se dijo.
Y se tumbó a descansar.
===
Entre tú y yo, se tumbó para matar el hambre…
Muchas veces somos el zorro hambriento.
Sabemos lo que queremos.
Lo vemos, lo olemos, incluso podemos saborearlo en nuestra mente.
Pero nos da pánico caernos al tratar de alcanzarlo.
Y el problema NO es ese.
El problema es contarnos que no tenemos hambre o que la fruta no parece tan deliciosa.
Ahí está la trampa.
El primer paso para superar el miedo es poner las cartas sobre la mesa.
Contarte lo que sientes y lo que deseas, y no avergonzarte por no estar consiguiéndolo todavía.
No contarte mentiras ni inventar excusas y justificaciones que te acabas creyendo.
Y si te las acabas creyendo, no hay motivación o terapia que valga.
Seamos honestos.
Ahí empieza la valentía.
Así se despierta el coraje.
Corajear no es actuar sin miedo, sino actuar a pesar de él.
Conecta con tus necesidades y deseos y date permiso para ir a por ellos.
Un abrazo,
– Rocío
PD: Una de las piezas claves de mis sistemas es aprender construir coraje. Y hay muchos mitos y malentendidos sobre el tema. Si quieres conocer cómo lo enfoco yo, pásate por mis sistemas haciendo clic aquí