Te confieso un secreto de mis inicios.
Cuando llegaba un paciente de Alcohólicos Anónimos me daba un poco de yu-yu.
Te hablo de la etapa en la que con 20 años vivía todavía un poco en los Mundos de Yupi.
Una persona con alcoholismo me parecía ya de otra liga. Y si iba a A.A. era como más impactante para un ser «puro» como yo…
No sé si había juicio, ignorancia o miedo por mi parte.
O muchas películas americanas.
Llevo años viéndolo y tratándolo de otra manera
El alcohol… las copas… las cervezas… el vinito…
Un ansiolítico como cualquier otro.
La persona que bebe quiere evadirse, calmarse, esconder los síntomas.
Lo que empieza aliviando se convierte en el gran problema. Lo que parecía una solución sólo incrementa el dolor.
La misma función puede cumplir la comida, el juego, el sexo o las compras.
No pasa nada. Pureza absoluta.
Ayer estuve con la psicóloga y profesora Isabel Salama y tuvimos una preciosa conversación (te la mandaré en unos días). Me emocionó cuando nos recordaba:
“Es que ser humano no es nada fácil”.
No, no es nada fácil, ¿verdad?
La vida no es un camino de rosas, a estas alturas ya lo has comprobado.
O sí. Preciosas rosas rojas, pero con espinas y vulnerables a la lluvia, la contaminación y el viento.
Ya está bien.
Perdónate, tolérate, date un respiro.
Date-un-respiro.
Vamos a seguir comprendiendo por qué y para qué hacemos lo que hacemos, para eliminar culpas y auto-castigos que sólo perpetúan los mecanismos destructivos.
Los que prueban mis sistemas https://hermanoslacasa.com/sistemas/ saben que le doy mucha importancia a recuperar y cultivar esta actitud amorosa de base. Dentro te cuento cómo hacerlo.
Sin compasión, te aseguro que no hay recuperación.
No se trata de disculparse ni escurrir el bulto.
Ni mucho menos de mantener las conductas de las que no nos sentimos demasiado orgullosos.
Precisamente pretendemos todo lo contrario, pero la experiencia me dice que el acercamiento adecuado es el de la comprensión profunda.
Te acompaño en el camino, un abrazo,
– Rocío.