Hay dos condiciones para recuperarse de la ansiedad:
- Relajarse
- Darse permiso para relajarse
La una sin la otra no tienen utilidad.
Es imposible que te relajes si *a nivel inconsciente* crees que no puedes o no debes relajarte.
Día a día trabajo con personas que, por sus creencias y experiencias, tienen la sensación de que el relax facilita la pérdida de control.
Tienen el mandato de «cuidado, no me puedo relajar por si…
… me cogen desprevenido
… me hacen daño
… aparece la ansiedad al parar
… salen mis conflictos internos».
Es algo irracional pero pone un candado que les mantiene en tensión.
Alguien que sabe que le conviene descansar pero que no se siente agusto haciéndolo, estará en estrés.
Aunque esté tumbado en la playa.
Aunque esté paseando por la montaña.
Su cuerpo segregará cortisol y no habrá espacio para la renovación.
Otra ROCA pesada para la mochila…
Puede ser incluso contraproducente porque estas activando el sistema simpático y segregando hormonas de estrés sin estar en actividades de alta intensidad que puedan compensar la carga.
He tratado a muchas personas con afecciones cardiacas que tras un susto, han decidido tomarse las cosas con más calma.
Pero no se trata sólo de dormir más, trabajar menos y comer mejor.
Lo mental es igual o más importante.
A esas personas les enseño en la consulta y en mis sistemas cómo entrenar la recuperación y renovación completas, la mejor manera de cuidar tu salud y proteger tu cuerpo y tu cabeza.
Aprovecha los días de descanso para aligerar la mochila, que queda mucha vida por delante.
Suelta, suelta, suelta.
Ve aquí si deseas que sea tu entrenadora de recuperación y renovación cuerpo-mente.
Un abrazo
– Rocío