Una cliente me ha presentado hoy a su gato.
Acaba de adoptarlo.
Es su nuevo Diazepan.
No me malinterpretes. Amo a los animales y no creo que haya que cosificarlos o «comprarlos» con un fin egoísta.
Pero oye, lo que es, es.
Su ronroneo… su calma innata… cómo buscan los rayos de sol para improvisar siestas… su presencia en el ahora…
Muchas lecciones que aprender de ellos.
Mi amigo Ramiro Calle cuenta que cuando casi pierde la vida por una infección (bebió leche cruda de vaca en la India), se reavivaron muchas de sus angustias. Lo mejor que pudo hacer su mujer es regalarle un gato, Èmile, que se convirtió en su compañero y maestro.
No quiero que se quede en un consejo de que adoptes un gato. Puedes tener alergia, aversión o preferir los perros.
La cuestión es cambiar el foco, y pasar de buscar lo que te genera ansiedad a encontrar lo que te activa la paz.
Ya sea un gato, un aroma, un amigo, un deporte, una postura, un pensamiento o un alimento.
Cuando pones tu cerebro en modo búsqueda, cambias tu realidad y comienzan a aparecer nuevos y potentes recursos.
Entonces los integras en tus Rituales de Renovación y Recuperación y optimizas su efecto positivo.
La recuperación parte de un sistema y eso incluye piezas, desde la sencillez más elemental. Te cuento cuál es el Sistema de la Recuperación aquí