Te contaba que estuve en un Congreso este fin de semana.
Caso clínico que compartió uno de los Psiquiatras.
Tiene a un niño de 11 años ingresado en el hospital.
Diagnóstico: Narcolepsia y Trastorno Severo de Conducta.
Es decir, se quedaba dormido de repente, entrando directamente en fase REM con sueños alucinatorios, y era muy agresivo.
¿Solución propuesta?
Le pusieron hasta arriba de antipsicóticos.
11 años, repito.
Para tratar la narcolepsia están dando las últimas anfetaminas de moda en Silicon Valley, las que toman los empleados de grandes empresas que tienen que trabajar en proyectos multimillonarios a contrarreloj. Esas mismas que toman los pilotos de combate antes de entrar en Burnout.
Como decía este doctor, Polonia no se conquista en 48 horas sin anfetaminas en vena.
En fin.
Consciente de que no estaban ayudando así al niño, quiso hacerse cargo del caso.
Le quitó la medicación y exploró qué le pasaba realmente, cosa que la medicación impedía.
Sólo le dejó un ansiolítico para momentos de crisis.
Los sueños, y las alucinaciones, traen contenidos que uno necesita poner en orden, que requieren su actividad cerebral, de forma inconsciente e involuntaria.
¿De dónde venía tanta agresividad?
Poco a poco fue ganándose su confianza. Jugaban, hablaban, pasaban horas juntos. Se dio cuenta de que era un niño con altas capacidades. Le gustaba ver la CNN (canal de noticias americano) y leer cosas sobre el espacio exterior.
Era un buen niño.
Para hacerte la historia corta, al final se desveló el pastel.
Resulta que su único deseo era matar a su padre.
Éste practicaba exorcismos y le brutalizaba delante de un grupo sectario.
Se lo fue contando como pudo.
¿Tratamiento para evaluar y asistir a este niño?
¿Medicamentos?
No.
¿Empatía?
Como siempre.
Sólo necesitaba ser escuchado y comprendido.
Este caso ha estado en los tribunales, salió en las noticias, esperemos que tenga un final feliz. La madre se supone que no sabía nada…. No sé.
Los psicofármacos muchas veces sólo tapan el síntoma.
Si no se escucha qué está contando ese síntoma, uno se está alejando cada vez más de la solución.
Frío, frío.
Viva los médicos que ven y van más allá.
Viva la salud mental.
Los psicofármacos no son malos en si.
Un cuchillo puede ayudarte a comer, a sobrevivir en la jungla.
O puede hacerte mucho daño.
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