Conocer los entresijos de la mente te hacen experto en controlarla.
Desconocerlos, hace que (sin darte cuenta) alimentes la ansiedad y el miedo.
Vamos a destapar uno de ellos…
Hay un miedo que se pone a menudo sobre la mesa de mi consulta.
El miedo a «ser malo».
Algunos temen ser malas personas, egoístas, injustos…
Es decir, saben que no lo son, y no quieren serlo, pero en ocasiones, dudan.
Se autorreprochan, se culpan, dan vueltas a si lo que han hecho está bien o mal.
Pueden aparecer pensamientos obsesivos que repasan lo que hicieron y anticipan lo que podrían llegar a hacer.
«¿Le habré hecho daño?», se preguntan ante una situación.
«¿Está raro por algo que hice o dije?»
Es una vocecita (o vozarrón) que les machaca. Les dice que «deberían» haber hecho esto o aquello.
Y entonces, quieren callarla.
Pero se dan cuenta de que no pueden. La voz, y la carga de culpa, siempre vuelven.
¿Por qué?
¿Está fallando la técnica?
¿No están poniendo todo de su parte para controlarla?
Esa no es la pregunta correcta.
¿Para qué aparece ese crítico interno en forma de voz en off?
– Para que la persona se sienta menos mala: «si me autorreprocho, por lo menos estoy siendo más responsable».
– Para castigarse, como si «machacarse» les diera cierto alivio, demostrándose que tan malos no son porque por lo menos se culpan
– La persona se siente menos mala llamándose mala
– Piensa «si odio ser malo y me culpo por ello, ¡ya no seré tan malo!»
El autorreproche es como un intento de preservar su deseo de no ser mala persona.
Y aquí esta la clave:
Ojo con cómo quieres salir de ahí.
Ojo con las terapias que usas para ayudarte.
Si un terapeuta te insiste en que calle esa voz, así sin más, va a generarte más angustia.
Y puede que la voz vaya cada vez a más, que sea más feroz e intimidante.
(porque si no el miedo a ser malo se disparará, sin protección alguna)
O el miedo saldrá con otra cara, con una nueva defensa, a lo mejor más pesada aún. Aunque la voz sea cargante, de alguna manera, te hace sentir buena persona.
El secreto es darte cuenta de la estrategia. De la función de tu crítico interno.
Cuando alguien que rechaza ser malo se dice «qué malo eres» o «a ver si vas a ser malo», lo dice desde su parte «buena».
Es una estrategia poco efectiva y sólo podemos cambiarla poniendo luz y conciencia.
A partir de ahí, las reglas del juego son otras, y muy distintas.
Esto es lo que pasa cuando quieres ir de frente contra la ansiedad. Ya sea en forma de voz, de película escalofriante o de sensaciones dolorosas en el cuerpo.
Sales perdiendo porque a fuerza bruta, te gana ella.
Hay que ir por la puerta de atrás, con más astucia, pericia y conciencia.
Te cuento cómo desvelar todos los entresijos de la ansiedad haciendo clic aquí
Un saludo,
Rocío Lacasa