Matar a un mosquito con un bazuca es eficaz.
El mosquito puede morir (tampoco tienes todas las garantías, por muy agresivo que parezca). El problema además es que destroza todo lo de alrededor.
Matar a un mosquito con un spray es efectivo.
Suele morir, pero contamina el ambiente.
Matar a un mosquito con un matamoscas es eficiente.
Lo mata y no hace daño al resto. No contamina, no destroza y no deja mal olor.
Es decir, no todo lo eficaz nos interesa. Tampoco lo efectivo.
Hay que valorar a qué precio y bajo que garantías de éxito.
Si queremos una buena intervención, ya sea insecticida, de aparcamiento, de estética o de salud mental, tenemos que buscar la eficiencia.
En especial con la salud mental.
Cuándo me preguntan si el psicoanálisis es eficaz, ya puedes imaginar mi respuesta.
Puede, pero tras 10 ó 12 años y sacando a la luz retorcidos conflictos sexuales que no era necesario destapar.
Estaban bien tranquilitos en el subconsciente, calladitos sin molestar.
¿Qué más da que te excitara en sueños el primo del portero o la peluquera del pueblo?
Para sanar, no hay que forzar, encajar, desgarrar ni re-traumatizar.
En ocasiones, por supuesto que hay que profundizar, no quiero frivolizar, hay casos reales de trauma.
Pero los tesoros no siempre están hundidos al fondo.
Otros me preguntan que si los psicofármacos son eficaces.
A tope.
Pero y luego, ¿qué?
Mi hermano y yo quisimos condensar, reformular, sistematizar y compartir las técnicas y comprensiones más eficientes del planeta.
Puedes probarlas o no, pero te pido que, hagas lo que hagas para curar tu ansiedad, valores el «big picture», sobrevolando lo que estás viviendo.
Que pienses a corto, medio y largo plazo.
A veces la propia ansiedad nos puede confundir y tomar decisiones desde el impulso irracional. Yo misma tengo momentos de «venga, llamo a una bruja y listo». Pensamiento mágico. Rescue homeopático.
No hay que hacer mucho caso a ese cerebro, o por lo menos, no sólo a ese cerebro.
Te cuento cómo equilibrar tus tres cerebros para tomar decisiones eficientes haciendo clic aquí.
Un abrazo,
Rocío Lacasa