Tenemos tres cerebros.
Esta es una parte fundamental de mis sistemas.
Lo que nos diferencia de los reptiles, además del color, es que los mamíferos desarrollamos un cerebro emocional.
No por nada, en la Naturaleza nada es casual ni gratuito.
Simplemente nos tocó desarrollarlo para sobrevivir.
Traemos al mundo descendencia vulnerable que necesita de cuidados durante días, meses o años. El humano el que más (hay quien no se va de casa hasta los 40, y hacen bien).
Para asegurar la supervivencia, el cerebro emocional se cableó con el objetivo de crear vínculos estables. Las estructuras límbicas nos hacen hípersensibles a las necesidades de los bebés (si no, con esa falta de sueño, les diríamos «que te cuide Rita, chato»).
A ellos les facilita entre otras cosas, llorar para conseguir atención.
Que los bebés sean tan monos, tan tiernos, tan lindos, no es casualidad.
Esta comunicación emocional no se da en los reptiles.
Si un bebé serpiente o cocodrilo llorara para comunicarle a su padre donde está, éste se lo comería vivo.
El que tiene una boa o una iguana como mascota nunca podrá crear un vínculo emocional como con un gato o un perro.
¿Te sabes la historia de la chica que se compró una boa que salía de su jaula y se tumbaba junto a ella en la cama?
Ella lo interpretaba como un gesto entrañable.
Hasta que el veterinario la advirtió que la boa estaba midiendo su tamaño para poder engullirla.
El caso es que para nosotros, el afecto es una necesidad biológica. Por lo tanto…
PAUTA MÉDICA: Cuida tus relaciones afectivas.
Igual de importante que las 20 respiraciones que te sabes, los pensamientos positivos o la valeriana.
Hay numerosos estudios sobre el apego y la importancia del vínculo entre padres e hijos. El bebé nace estresado. La regulación y maduración de su sistema nervioso va a depender en gran medida de cómo su madre le dé atención y cariño.
En 1981, dos investigadores de Harvard, Hubel y Wiesel, recibieron el premio Nobel de Medicina por sus estudios sobre el sistema visual. Demostraron que el córtex visual no se desarrolla a pleno rendimiento si no es estimulado durante un período crítico (al inicio de la vida).
Se está viendo que sucede lo mismo con el cerebro emocional.
En el Hospital trabajé con niños adoptados y muchos muestran heridas profundas, sobretodo los que se criaron en orfanatos extremadamente duros (Rusia y Rumanía).
Y ojo, quien tuvo una infancia difícil, con cuidados deficientes, con padres fríos o ausentes, no tiene excusa. La vida le puso un gran reto, desde luego. Pero el ser humano también se distingue de los reptiles por su espectacular resiliencia (capacidad para superar circunstancias traumáticas y salir fortalecido de ellas).
Sí tiene la responsabilidad de construir relaciones sanas con otros seres humanos o mascotas, para seguir regulando el funcionamiento del sistema nervioso. Nunca es tarde para sanar el corazón (cursi pero cierto).
Puede que suene cursi de nuevo, pero los abrazos curan.
Las risas entre amigos, los te quieros, los cafés de cotilleo, los paseos de dos, las cenas de empresa…
Exactamente igual de importante que comer o dormir.
Si no tienes plan esta noche, encuéntralo. Aunque sea virtual.
Un abrazo,
– Rocío
PD: Conoce los tres cerebros y cómo afectan a la ansiedad haciendo clic aquí