Quizás el «NO PAIN, NO GAIN» / «NO HAY DOLOR» encaje mejor con los culturistas.
No funciona para las dietas, ni para los estudios ni para las relaciones.
Y desde luego, no es la idea si estás en un proceso de transformación de ansiedad en calma.
Cuando la ansiedad está instalada en el software de una persona, le hace pensar desde ahí.
El software ansioso genera circuitos rápidos que se retro-alimentan para poder mantener el sistema activado. Como máquina tiene el objetivo de mantenerte a salvo e ignora que está mal programado. No se pregunta si hace bien o mal, sólo ejecuta.
Bajo esta programación, la ansiedad nubla la lógica y la intuición.
Te cuenta que esa decisión es amenazante o que aquella persona es tóxica.
A medida que la ansiedad se va disolviendo, empiezas a percibir la realidad con más apertura y amabilidad.
Las creencias y percepciones van cambiando solas.
Una de las cosas que te hace creer el programa es que el camino para desactivarlo es complicado, trabajoso, estresante y agotador.
Que para eliminar la ansiedad es necesario pasar por el sufrimiento.
En una charla que di el otro día (la puedes ver en Mindalia Tv) hablé, entre otras muchas cosas, del ejercicio físico.
Y una oyente me dijo algo así como «ya, lo de siempre».
Pues sí, lo de siempre, pero desde la actitud adecuada.
Aquí es donde entran en juego los Marcos Mentales.
Elena, una querida cliente, estuvo por lo menos un mes saliendo a correr todas las mañanas.
Además meditaba la media hora de rigor.
Estaba decidica a curarse.
Pero lo que supuestamente tenía que curarla, estaba poniéndola peor.
Se dio cuenta de que sus expectativas y el lugar desde dónde lo hacía mantenía la actitud de lucha.
Como sufrida.
Como si cada mañana saliera para dejar al monstruo detrás.
Correr más rápido que él.
Huir, echar, luchar…
Todos alimentos de la tensión.
Tensión ante la tensión, doble ración de tensión.
Sutilezas que van despertando y elevando la conciencia durante el proceso.
Sólo hay que empezar a andar y observar.
Si quieres conocer los Marcos Mentales que marcan de una vez por todas la diferencia, visítame aquí
Un abrazo,
Rocío Lacasa