El éxito está en los matices.
Llevo 16 años en el mismo gimnasio porque sus monitoras tienen una formación impecable.
No es sólo una chica súper motivada, con la música a tope, guiando una coreografía que sigues como puedes.
Aquí se valora la precisión.
Saben lo que hacen y saben cómo lo hacen.
Muchas de ellas son fisioterapeutas e insisten en la técnica.
No sólo nos animan a hacer abdominales sino que nos explican qué 3 cosas son imprescindibles para hacer un buen abdominal.
Puedes estar 1 hora haciendo abdominales y que no te sirva para nada. Bueno sí, que te sirva para acabar con la espalda y el cuello doloridos.
De hecho, ahí me di cuenta de que llevaba años haciéndolo mal.
Me explicaron que tenía que meter mucho la tripa, ombligo hacia dentro «casi tocando el suelo», en contra de la tendencia que tiene de salir hacia afuera cuando levantas el cuerpo (como para hacer fuerza).
Bueno, ese pequeño matiz hace la diferencia. Al principio tenía que concentrarme en ello, ahora me sale solo.
A todo esto, ha llegado una nueva monitora que ha dado una vuelta de tuerca a la historia.
Y yo que pensaba que lo estaba haciendo mejor que bien.
Ya no son 3 sino 10 cosas que observar: cuello, respiración, ombligo, costillas, pelvis, brazos, pecho, vísceras, ángulo, tiempo de espera…
Eso sí que es optimizar un abdominal.
Ahora, cuando he atendido a todos esos detalles, mi cuerpo sabe lo que tiene que hacer.
Ha sentido cómo se hace y ya no hay vuelta atrás.
Ya voy a saber si algo me está faltando, de forma cada vez más automatizada.
Cuerpo lo capta y me avisa solo, si que tenga que estar forzando la atención consciente que aplico los primeros días.
Oye que tampoco pasa nada si no lo hago siempre perfecto…
Esa es la parte insana de lo obsesivo.
10 es perfecto.
7 está fenomenal.
3 es insuficiente.
– 3 es contraproducente.
Aunque no tenga los 10 ingredientes controlados siempre, estaré trabajando, y haciéndolo mejor que hace 10 años.
Me encanta que esta monitora ha incorporado un ejercicio inicial de respirar profundo metiendo mucho la tripa para que nuestro cerebro ya tenga la señal de lo que tiene que estar haciendo durante la clase y durante el día.
También ejercicios posturales para ir siempre recta.
Yo ya no soy la misma.
He incorporado esos mensajes y mi cuerpo responde con más conciencia.
Me doy cuenta. Primero se da cuenta mi cuerpo y llama mi atención. Mi atención se va al estómago y a la espalda cuando se relajan demasiado y corrijo.
Pasa lo mismo con la psicología.
No es lo mismo meditar que MEDITAR.
No es lo mismo pensar en positivo que tener el control de tu mente y dirigirla hacia donde quieras con efectos duraderos.
No es lo mismo dejarte guiar por una persona que pasó por lo mismo pero sin formación, que por un psicólogo experto súper especializado en todos los mecanismos internos y sus múltiples matices y recovecos.
No es lo mismo.
10 es perfecto.
7 está fenomenal.
3 es insuficiente.
– 3 es contraproducente.
Si quieres optimizar el esfuerzo que está haciendo, visítame en https://hermanoslacasa.com/sistemas/
Un abrazo,
Rocío Lacasa