A veces, con un minuto basta.
Está claro que uno de nuestros objetivos es dominar la mente.
Lo conseguimos por momentos. Y esos momentos cuentan, por fugaces que sean.
Una vez ves la luz, sabes con certeza que hay luz, y lo recuerdas cuando oscurece.
Te voy a pedir que pares más a menudo.
El auténtico control mental no está en pasar un día entero sin preocupaciones o una semana en estado de gracia.
No es realista.
El control se encuentra en breves instantes de parar y conectar con esa paz interior permanente (aunque tantas veces se encuentre bloqueada, nublada, y aparentemente inaccesible).
Rayos de luz que hacen el día agradable.
Cuando estamos metidos en la película se crea una realidad paralela, en la que das rienda suelta a tu imaginación ansiosa.
Está la realidad (el presente) y la realidad paralela (pasado y futuro).
Me recuerda a Interstellar, de Christopher Nolan, ¿la has visto?.
Abres los ojos en la cama y PLAY, empieza la película.
Empiezas a imaginar, visual y auditivamente, lo que vas a hacer, lo que puede pasar, lo que hiciste ayer…
Si estás positivo bien, pero ¿y si estás en plan cenizo?
La película empieza a hacerse más turbia y el cuerpo se va tensando.
Aquí el mayor problema es no darse cuenta de la película mental paralela, desconectando de la otra realidad. El problema está en no darse cuenta de las ilusiones mentales, de las invenciones que haces sobre el futuro (por ejemplo: lo que imaginas no tiene porqué suceder, y si sucede se podrá resolver, etc).
Por eso, cada cierto tiempo, hay que parar y, con los ojos cerrados, recordar cómo opera la mente.
Conectas así con la realidad presente.
Te dije un minuto, pero 20 segundos son suficientes.
Paras, una respiración consciente, profunda, conectas con la parte de ti que sabe que todo está bien. Que lo que llegue llegará y sabrás como resolverlo. O que no llegará.
En esos segundos está tu curación.
La suma de segundos de paz acumulados es lo que va equilibrando la balanza de los momentos de ansiedad.
Crea rayos de sol e irás fusionándote con tu paz interior.
Si quieres conocer cómo opera la mente y cómo manipularla a tu favor, te invito a que me visites haciendo clic aquí
Un abrazo,
– Rocío